Agentes de Cambios
Vivimos en un mundo de constantes cambios. Cambios en la economía, cambios en la política, cambios en el clima, cambios, cambios. Pareciera que nadie está conforme con lo que tiene o lo que es, la tendencia es ir siempre tras lo último y lo novedoso. A raíz de esto surgen movimientos con la misma esencia de movimientos tradicionales, pero con una máscara nueva para atraer la atención de quienes se han apartado o simplemente para captar la atención de la nueva generación que busca algo diferente. Nos encontramos con el “neo” socialismo, neo liberalismo, neo nazismo, etc. etc. Todo esto es un indicio de que estamos arto de lo tradicional, de la rutina de todos los días, de escuchar a las mismas personas decir las mismas palabras de siempre. Una cosa es muy cierta, el mundo quiere y necesita cambios, y aunque la palabra cambio generalmente está asociada con “mejoramiento”, no es precisamente lo que estamos viendo en nuestra actual sociedad, y es precisamente porque “estos cambios” sólo sacian momentáneamente esa ansiedad o sed colectiva que hoy el mundo tiene por ver cosas distintas, pero que en la practica no nos han traído soluciones reales, sino que ha provocado un aumento aún mayor en nuestra búsqueda de lo nuevo. En otras palabras, sé que quiero un cambio o algo nuevo, pero no se qué es, ni donde está, entonces simplemente tomo lo que creo que puede ser, “lo que me tinca mas”. Jesús dijo a una mujer samaritana que vino a sacar agua de un pozo: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Sn.Juan 4:13,14). Esto quiere decir que cuando la sed es espiritual, no se puede saciar con cosas materiales, ni con cambios sociales, solo se sacia con la persona de Jesús en nuestras vidas. Jesús es el verdadero cambio en la vida de las personas, todo lo demás es comparado a un vaso de agua que tomas, te sacia la sed por un momento, pero luego vuelve, y con más fuerza. Los cristianos, es decir los que creemos realmente en Jesucristo, no estamos exento de problemas, creo que a veces tenemos más que el resto de las personas, pero la diferencia está en la actitud que tomamos frente a los problemas, y esto es precisamente porque tenemos fe de que no estamos solos en la adversidad, sino que nuestro Dios está con nosotros y nos infunda aliento. Creo que lo que nuestra gente nenecita es tener a Jesús en sus corazones, o sea, creer que él es real y que está dispuesto a estar con nosotros en todo momento de la vida. Cuando una comunidad cree en Dios y lo comparte a través de su estilo de vida, esa comunidad será “un agente de cambios” para el resto de su gente. No importa quien gobierne, quien sea el alcalde o cuanto recursos tenga mi comuna, si tenemos a Jesucristo de nuestro lado, veremos verdaderos cambios que sí traerán soluciones a nuestras demandas. Con Jesús podemos decir realmente: “¡Viva el cambio!”
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