LA IGLESIA, LA PLENITUD DE CRISTO
Efesios 1:22, 23
y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
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En este estudio quiero levantar la imagen quebrada que ha tenido la iglesia en medio del pueblo cristiano, especialmente en sectores más tradicionales.
Por años se ha creído que la iglesia es simplemente un organismo establecido por Dios para cumplir un propósito en la tierra. El problema radica en no entender claramente el por qué debe cumplir ese propósito.
El apóstol Pedro hablando de la iglesia dice:
1Pedro 2:9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
Aquí encontramos un propósito: “Anunciar las virtudes de Dios”
Jesús dijo: “ustedes son la son la sal de la tierra y son la luz del mundo” (Mt.5:13, 14). Nuestra naturaleza “terrenal” o “carnal”, no acepta o no entiende correctamente que hoy vivimos en una nueva dimensión. En el ámbito natural nos sentimos aun esclavos de las cosas y de las situaciones. Somos esclavos del trabajo, esclavos del materialismo, esclavos de los problemas, esclavos de todo. No gobernamos sobre estas cosas, sino mas bien ellas gobiernan sobre nosotros, pero en la nueva dimensión de vida que hoy tenemos en Cristo (2Co.5:17), somos nosotros los que debemos gobernar. La luz gobierna sobre la oscuridad. Nunca la oscuridad hará disminuir la intensidad de la luz, pero sí la luz, por pequeña que sea influirá en la oscuridad. Cuando Jesús dijo que éramos la luz del mundo, quiso decir que gobernábamos sobre el mundo. Apocalipsis 5:10 dice: y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. Esto último debe interpretarse en el contexto de lo que Juan está viendo en el cielo, “La redención recién consumada por Cristo, el cordero inmolado, y el resultado de ese sacrificio, que es un pueblo comprado de todas las naciones, la Iglesia”. Lo que quiero decir con todo esto, es que nuestro propósito de ser, no es simplemente llevar a cabo una misión, sino mas bien, por qué debemos llevarla a cabo. Nadie más que nosotros podría hacerlo. Jesús es la luz y lo que estamos en él somos también la luz; Jesús es el camino, y los que estamos en él, somos también el camino. Pablo dice en:
2 Corintios 5:20
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”
Es muy interesante lo que aquí dice el apóstol, y quiero mostrárselo detalladamente.
· Somos embajadores
· en nombre de Cristo
· Como si Dios rogase por medio de nosotros
· Os rogamos en nombre de Cristo
Lo primero. La palabra embajador (gr.presbeuo) no sólo significa representante, sino también anciano o pastor, lo que quiere decir que todo el que habla de Cristo a alguien es un líder, uno que gobierna.
Lo segundo. Hablamos en nombre de Cristo, o sea, usamos la identidad de Cristo para hablar. Cuando la Biblia dice que hagamos algo en el nombre de Jesús o de Dios, está diciendo que usemos la identidad de ellos para hacerla. Usted necesita sacar dinero de un cajero electrónico (minibank), pero no cuenta con una tarjeta de banco para hacer ese giro, alguien le presta a usted su tarjeta, y luego usted la usa como si fuera su tarjeta, la inserta en el cajero y retira dinero, en realidad no es su dinero, pero usted lo ha retirado como si fuera suyo, porque usó la identidad de la persona que se la prestó. Usar o llevar el nombre del Señor, es precisamente eso,usar la identidad del Señor.
2Cronicas 7:14 (NVI)
“si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra”
¿Por qué Dios pide a su pueblo que haga todas esas cosas? Por qué ese pueblo tiene la identidad de él. O sea, si alguien ha de tener mi identidad, debe ser como yo, podría haber dicho Dios.
Pablo dice en el punto tres: “Como si Dios rogase por medio de nosotros”. Es como si Dios mismo lo hiciera, se da cuenta, Dios no puede hacerlo personalmente, por así decirlo, pero lo hace a través de nosotros.
En el capítulo 5 de Efesios, Pablo usa la figura del matrimonio para resaltar la relación que existe entre Cristo y la Iglesia.
Efesios 5:28-32
28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,
30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.
31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.
Este es un pasaje maravilloso, como el resto de la carta. Como en ninguna otra parte, Pablo coloca a la Iglesia, la que él llama “el misterio de Cristo” (Ef.3:3-6) en su real posición, la misma que Cristo le dio al comprarla con Su preciosa sangre.
Al hablar de la relación que hay entre un hombre y una mujer en el matrimonio, él dice, o repite las palabras de Dios en el huerto del Edén: “Los dos serán una sola carne”. Pablo dice que la Iglesia (v30) son los miembros del cuerpo de Cristo, son su carne y son sus huesos. En otras palabras es Cristo mismo. Vimos en versos anteriores que tenemos la identidad de Cristo, también Pablo dice que tenemos la mente de Cristo (1Co.2:16), que más podríamos agregar, somos la plenitud de Cristo, somos la ayuda idónea de Cristo, somos su cuerpo. Donde él está, la iglesia está (Jn.17:21, 23, 24)
Se extrae de todo esto que la Iglesia es imperfecta sin Cristo, como Cristo está incompleto sin la Iglesia. De lo contrario sería como decir: El cuerpo es perfecto sin cabeza, o la cabeza es perfecta sin cuerpo.
¿Qué cree Ud? Yo creo lo que Dios dice que soy.
Amén.
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