MANUAL DE ESCATOLOGÍA
(Desde el punto de vista Preterista)
Índice:
1. Los dos sistemas principales de interpretación escatológica
2. ¿Qué es el Preterismo?
3. ¿Cuáles son las profecías hechas en el Antiguo Testamento que no fueron cumplidas en la Primera Venida de Cristo?
4. Las Setenta Semanas de Daniel
5. La importancia de Juan el Bautista
6. La enseñanza de Jesús en cuanto a su Segunda Venida
7. La enseñanza de Pablo en cuanto a los eventos que rodean la Segunda Venida de Cristo
8. La controvérsia de la Resurrección
9. La enseñanza de Pedro en cuanto al Fin del Mundo
10. La enseñanza de Santiago en cuanto a los Últimos Tiempos y el Juicio
11. Una interpretación Preterista del Apocalipsis de Juan
Dos Escuelas de Interpretación Escatológica
La Escatología
Es el estudio de la profecía. Desgraciadamente no todos los cristianos están de acuerdo en cuanto a esta parte tan importante de su doctrina. A través de su historia el Cristianismo ha producido dos grandes escuelas de interpretación escatológica. Son el Futurismo y el Preterismo. Estas dos escuelas gozan de adherentes en casi todas las denominaciones protestantes y evangélicas.
El Futurismo
Según el Futurismo, muchas profecías del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento no han sido cumplidas todavía. Esta escuela se subdivide en tres principales sectores:
1. el Dispensacionalismo,
2. el Amilenialismo y
3. el Postmilenialismo.
Como el lector puede notar, estos sistemas tienen su punto de partida en su doctrina tocante a los mil años mencionados en Apocalipsis capítulo 20.
LAS TRES SUBDIVISIONES PRINCIPALES DEL FUTURISMO
Generalmente el Dispensacionalismo enseña que toda la historia desde la creación hasta la eternidad futura se divide en siete partes o dispensaciones. Cree que Cristo volverá físicamente a la tierra y establecerá un Reino físico que durará mil años.
El Amilenialismo cree que el milenio de Apoc. 20 no se refiere a una cantidad exacta de años, sino que es símbolo de la edad que empezó con la ascensión de Cristo al cielo y se extenderá hasta la Segunda Venida de Cristo en el día final de la historia.
El Postmilenialismo, a diferencia del Dispensacionalismo, cree que Cristo volverá al final del Milenio. Se destaca este sistema porque enseña que el Evangelio poco a poco va a ganar al mundo hasta que todos, o casi todos, los humanos sean Cristianos.
El Preterismo
Los Preteristas forman la segunda escuela de profecía. Creen que todas las profecías de los dos Testamentos ya han sido cumplidas. Las profecías que no fueron cumplidas en la Primera Venida de Cristo fueron finalmente cumplidas cuando el Templo en Jerusalén fue destruido en el año 70 d.C. También hay tres subdivisiones principales en el Preterismo:
1. el Preterismo Pleno,
2. el Preterismo Parcial, y
3. el Hyper Preterismo.
LAS TRES SUBDIVISIONES PRINCIPALES DEL PRETERISMO
El Preterismo Pleno: es el Preterismo más puro y se llama así para diferenciarlo del Preterismo Parcial. Cree que no hay en la Biblia ninguna profecía, que quedó sin cumplirse después del año 70 d.C. Sus adherentes forman la mayoría entre los Preteristas.
El Preterista Parcial: cree que todas las profecías tocantes a la destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén, junto con el fin del sistema religioso judío y del Antiguo Pacto, y el subsiguiente establecimiento del Nuevo Pacto, fueron cumplidas en el año 70 d.C. Sin embargo a diferencia del Preterismo Pleno, creen que todavía queda en nuestro futuro la Segunda Venida de Cristo, la Resurrección y el Juicio.
El Hyper Preterismo: es parecido al Preterismo Pleno en que cree que todas las profecías ya han sido cumplidas. Pero a pesar de que los Preteristas Plenos, creen que el Reino de Dios está presente en la tierra, el Hyper Preterista cree que solamente existe en el cielo. Esta escuela cree que la Iglesia Universal ha reemplazado a la local y por lo tanto, los cristianos ya no deben celebrar las ordenanzas del Bautismo y la Santa Cena, porque estas pertenecen a la edad pasada y no a la presente.
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Este Manual de Escatología está escrito desde el punto de vista del Preterismo Pleno. Enseguida una mayor explicación de esta escuela de Escatología.
En los términos más básicos, un Preterista cree que todas las profecías de la Biblia se cumplieron a finales del primer siglo (para el año 70 d.C.), y esas profecías tuvieron resultados (efectos) que continúan hasta hoy. Por ejemplo, cuando Jesús empezó a predicar, proclamó que el reino de Dios estaba “a la mano” , cerca. El reino “vino con poder” en 70 d.C. (Mar.9:1) y continúa existiendo con poder hasta ahora.
Primero, su punto de vista escatológico (profético) es consistente con la Escritura. Cuando Jesús dice algo como por ejemplo: "Ciertamente esta generación no fallecerá antes de que todas estas cosas se cumplan" (Mat 24:34), usted puede decir, "Amén!” ¡Él estaba diciendo la verdad! Sin tener que practicar la acrobacia hermenéutica (interpretación) con el sentido claro de las palabras del Maestro.
Segundo, usted puede experimentar la alegría de haber recibido todas las promesas que los santos del Antiguo Testamento, ávidamente esperaban. ¡Usted puede reconocer el hecho de que es un hijo de Dios verdaderamente, que vive ahora mismo en Su reino eterno, y disfruta de los beneficios de una salvación totalmente lograda!
Nunca volverá a tener que decir que es sólo un ciudadano de segunda clase porque no nació judío, o porque no vive en el estado moderno de "Israel". Ya no tendrá que explicar la previsión de su Padre celestial, enseñando tímidamente que la "edad de la Iglesia" es solamente un paréntesis (en otras palabras sólo una "pausa inesperada") en el plan de Dios. No, usted puede saber con seguridad que es un ciudadano del verdadero Israel con todos los derechos y privilegios de un verdadero Hijo de Abraham, sea usted judío o gentil. También puede tener la confianza de saber que está viviendo en la edad del Reino (puede llamarla la "era de la Iglesia" si le gusta), y que ¡es eterna en su duración!
En tercer lugar, ¡usted puede vivir su vida productivamente! Ningún pesimismo tiene cabida en este punto de vista. No estará desanimado al trabajar para cambiar la sociedad en que vive, ¡porque sabrá que las cosas que hace sí pueden lograr un cambio! Descubrirá que el "barco" no se hunde, y por consiguiente, es una buena idea ¡pulir el bronce como un buen marinero! Usted puede vivir su vida libre del temor a un desastre inminente y de la tribulación. ¡Ya no debe temer ser "dejado atrás" en un "rapto futuro". La energía que anteriormente gastó preocupándose inútilmente por estas cosas, la puede usar ahora para llevar adelante el mensaje del reino maravilloso de Dios!
Cuarto, cuando usted comparte el evangelio con alguien, puede ofrecerle noticias verdaderamente buenas. ¡No todo está perdido! ¡El paganismo no va a controlarlo todo! ¡La razón por la que éste mantiene una posición de poderío actual se debe en parte a que la Iglesia ha sido envenenada con la noción falsa de que la Biblia profetiza su propia derrota. Usted puede tener la confianza al saber que pertenece a una de las "máquinas luchadoras" más grandes y más poderosas del universo y que ¡usted está destinado a ganar!
Ahora, la pregunta es: ¿Tiene usted el valor de aceptar las palabras de Jesús? ¿Puede creer a Jesús cuando dijo que Su segunda venida tendría lugar antes de que falleciera la generación de las personas a quienes Él habló durante Su ministerio terrenal? ¿Puede usted confiar en Él lo suficiente como para creer lo que dijo, cuándo aseguró a unos de sus oyentes en el siglo primero, que no morirían antes de ver Su retorno y el establecimiento pleno del reino del Nuevo Pacto de Dios?
Sí, es necesario tener valor para volverse un Preterista. Me han llamado "hereje" y así me lo han gritado los que sostienen otros puntos de vista de la profecía de la Biblia, (citan a su maestro favorito, no a las Escrituras, como su autoridad). Mis problemas no son tan grandes cuando se les compara con los de otras personas. Algunos amigos han sido echados de sus iglesias y han sufrido calumnias. Han sido acusados de enseñar "herejías peligrosas y destructivas", y sus nombres han sido arrastrados por el lodo públicamente y en las iglesias de su comunidad. ¡Jesús nos advirtió que si nosotros íbamos a seguirle de verdad, entonces nos costaría (Luc. 14:26-33). ¡Ciertamente éste es un asunto que no puede tratarse ligeramente!
El desafío es el siguiente: Examine los pasajes de la Escritura siguientes y vea si usted puede aceptar lo que ellos dicen. El problema con la mayoría de las personas es que cuando tropiezan con pasajes como éstos, y comprenden la implicación obvia de ellos, inmediatamente empiezan a buscar una explicación alternativa. ¡No porque el texto lo exige, sino porque el sistema que ellos han enseñado por tanto tiempo lo requiere!
"Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre" (Mat 10:23 NVI).
"Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada persona según lo que haya hecho. Les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto al Hijo del hombre llegar en su reino" (Mat. 16:27-28).
La transfiguración, que tuvo lugar unos días después de que Jesús hiciera esta declaración, no puede ser el cumplimiento de esta profecía. Noten que durante la transfiguración no había ningún ángel presente, y no se entregó ningún premio, de acuerdo con los hechos de alguien. ¡Hubiera sido ilógico decir que sólo "algunos" de aquellos que le escuchaban vivirían el tiempo suficiente para dar testimonio de este evento que ocurrió tan solo unos cuantos días después! (Quizás Su público estaba compuesto de octogenarios).
"Aun así, cuando ustedes vean todas estas cosas, sabrán que está cercano, a la puerta. Yo les digo la verdad, esta generación no fallecerá ciertamente hasta que todas estas cosas hayan pasado" (Mat. 24:33-34).
Otra traducción dice: "Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la gente de este tiempo (Versión Popular)". Para aquellos que son tentados a interpretar la palabra "generación" (griego: genea) como significando "raza" (griego: genos), comparen el uso de la misma palabra por el mismo autor, sólo un capítulo antes:
"Así recaerá sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa que ha sido derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar de los sacrificios. Les aseguro que todo esto vendrá sobre esta generación" (Mat 23:35-36).
"Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió: Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Hijo de Dios. Tú lo has dicho, respondió Jesús. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante verán ustedes al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo" (Mat. 26:63-64).
Por favor tomen nota de que el Sumo sacerdote a quien Jesús estaba dirigiéndose, fue muerto durante el sitio de Jerusalén en el año 70 d.C. ¡Si él no vio la venida de Cristo en los eventos que tuvieron lugar en ese acontecimiento, entonces Jesús estuvo equivocado!
A lo largo del Nuevo Testamento, la salvación se iguala con la segunda venida de Cristo, y se habla de ella como todavía futura:
"Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos" (Rom. 13:11).
"No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención" (Efe. 4:30).
"...a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos" (1Ped. 1:5).
¡Si Cristo no ha vuelto todavía como dijo que lo haría, entonces nosotros todavía estamos esperando la salvación!
Hay un principio en la investigación científica que puede aplicarse a un caso como este. Cuando una teoría tiene varias anomalías claras que no pueden explicarse sin aplicar "las excepciones a las reglas," esto normalmente indica que es tiempo para una nueva teoría, que explique lógicamente todos los datos del asunto. Si usted encuentra que tiene que aplicar reglas especiales de interpretación a ciertos pasajes de la Escritura (por ej., redefinir palabras para evitar sus significados primarios), quizás usted necesita repasar una vez más sus prejuicios básicos. En la comunidad científica esto se conoce como un "cambio de paradigma".
Los datos (todos los datos) se repasan y se proponen nuevas teorías que toman en cuenta y explican todas las cosas que previamente se consideraban como anomalías. Por ejemplo, en el estudio del universo, la teoría geocéntrica de Ptolomeo (tierra-céntrico) reinó suprema durante más de mil años. Sin embargo, no podía explicar ciertos movimientos planetarios, como el movimiento periódico hacia atrás "retrógrado", sin el uso de una serie de cálculos complicados, que fueron diseñados para explicar estas excepciones claras a la regla. Cuando Copérnico apareció finalmente en la escena, postuló una nueva teoría, que tomaba en cuenta todos los datos notables. Sugirió que el universo era heliocéntrico (Sol-céntrico) y que la Tierra gira sobre su eje cada 24 horas. Como sabemos, su teoría estuvo más cerca a la verdad que la de Ptolomeo.
Esto mismo debe ponerse en práctica en el asunto de la escatología. Bajo los esquemas actuales, hay muchos "anomalías" que no pueden ser explicados adecuadamente por medio de las reglas de interpretación que ofrecen diversas escuelas escatológicas. Un cambio del paradigma debe tomar lugar y una "nueva" teoría tiene que reemplazar a la vieja. Yo digo "nueva" porque el punto de vista que toma en cuenta todos los datos no es muy nuevo. Ha existido desde el primer siglo (Jesús y Sus apóstoles eran Preteristas). Pero éste en nuestros días ha sido olvidado o ha sido pasado por alto por la mayoría de las personas. ¡Ha llegado el tiempo, sin embargo, para echar otra mirada a este punto de vista a luz de las Escrituras!
Podrían citarse muchos otros pasajes de la Escritura que demuestran el hecho de que Jesús enseñó a Sus discípulos a buscar Su retorno dentro de sus vidas. Ellos apuntaron lo que Él enseñó y lo pasaron más adelante a la Iglesia. Muchas personas se olvidan de que la Biblia fue escrita para comunicar la verdad de Dios al hombre. No fue escrita en un código divino que sólo Dios puede entender. Claro, puede ser difícil de aceptar, pero esto es debido a las presuposiciones que nosotros traemos al texto de la Escritura, y no se debe a alguna ambigüedad en la Palabra. Llega el momento cuando nosotros debemos creer que no sabemos todo y simplemente creemos lo que la Palabra de Dios dice.
Este es el por qué yo me volví un Preterista. ¡Este es el por qué usted debe volverse uno, también!
¿Cuáles son las profecías hechas en el Antiguo Testamento que no fueron cumplidas en la Primera Venida de Cristo?
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Principalmente las profecías que quedaron por cumplirse en la Primera Venida de Cristo fueron las siguientes:
1. La Tribulación.
2. La Abominación de Desolación
3. La destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén.
4. El fin definitivo del Antiguo Pacto hecho con el pueblo de Israel en el Monte Sinaí.
5. El establecimiento definitivo del Nuevo Pacto Eterno.
6. La Resurrección.
7. El Gran Juicio
Las dos grandes escuelas escatológicas están igualmente de acuerdo en que estas cinco profecías quedaron por cumplirse en la Primera Venida de Cristo. Sin embargo, el Futurismo no cree que la destrucción del Templo y de la ciudad de Jerusalén en el año 70 d.C. Fueron la realización de las profecías. Para los Futuristas es imperativo que la nación Israelita fuera reestablecida y el Templo reconstruido para efectuar las destrucciones profetizadas y otras profecías del libro del Apocalipsis.
El Preterismo ve a todas las profecías faltantes cumplidas en los eventos que ocurrieron en el año 70 d.C.
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Las Setenta Semanas Fueron Cumplidas en 70 d.C.
Por Todd D. Dennis
Lucas 21:22 “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas”.
El Juicio de Jerusalén Según la Historia
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La destrucción del templo
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Fenómeno en el cielo
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Una estrella que asemeja una espada
Un cometa (la de Halley)
Una luz brillante alrededor del altar y el templo
La visión de carros y soldados corriendo por las nubes y las ciudades de Palestina
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Fenómeno en la tierra (reportado por los sacerdotes)
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Un estremecimiento
Un gran ruido
El sonido de una gran multitud diciendo “Vamos de aquí”
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¿Cuáles fueron las consecuencias para la generación que
rechazó a Cristo?
¿Profetizó Cristo la desolación del año 70 d.C.?
En Daniel capítulo 9, el ángel Gabriel dijo a Daniel que había “setenta semanas” determinadas sobre el pueblo de Israel como nación. El v.26 demuestra que el cumplimiento de este período de setenta semanas traería la destrucción de la ciudad y del santuario de Jerusalén. En Mat.23 Cristo describe la pecaminosidad de los líderes judíos y termina diciendo que sobre esa generación caería toda la sangre justa desde Abel. Estas dos profecías son relacionadas una a la otra. En un despliegue del juicio que vendría sobre esa nación, Cristo les dijo “He aquí, vuestra casa se os deja desierta.”. Este es el mismo lenguaje que es usado en Daniel capítulo 9, y se refiere al cumplimiento de las setenta semanas.
Primero, debemos saber cuándo ocurrió la desolación. La mayoría enseñan que va a ser durante un futuro período de siete años de tribulación, en el cual Dios terminará sus relaciones con la “nación de Israel”. Cristo mismo, sin embargo, dijo que el juicio vendría sobre aquella generación. Sabemos que uno es “Judío” solamente si ha nacido de nuevo (Rom.2:28-29); también sabemos que la única nación de Israel desde Cristo es el cuerpo de nuevos-nacidos.
En Mat.21:43, cuando Cristo confrontó a los líderes judíos diciendo que el Reino de Dios sería quitado de ellos y dado a otra nación que produjera fruto, él señala que sus tratos con la “nación de Israel” serán terminados. Ahora, viendo que el juicio iba a venir sobre aquella nación, ¿qué pasó con esta última generación de judíos nacionales perdidos?
En cumplimiento de las profecías de Daniel capítulo 9, y de las profecías de Jesucristo en el Nuevo Testamento, el juicio de Dios vino sobre esa nación improductiva en la guerra de siete años, subrayado por la destrucción de Jerusalén. Esto fue cuando la ciudad de Jerusalén fue sitiada y luego destruida, dejada tan desolada que solo las hienas vivían dentro de sus muros.
Este juicio es el mismo que fue prometido por la desobediencia, vea Lev.26, Deut. 28, I Reyes 9, 2Crón.7 y muchos otros textos. Mat.24 y Luc.21 indican que este juicio es la desolación de la nación entera que ocurrió entre 66-73 d.C., con la destrucción de Jerusalén ocurriendo después de 3 años y medio.
La referencia de Mat.24, identifica la destrucción de la ciudad y del santuario sucediendo muy pronto después de su profecía. En Mat.24:34 Cristo dice: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”. Sin embargo muchos dicen que la palabra generación no se refiere a tiempo, sino al tipo de gente. Pero sabemos que esto no es verdad porque en Luc.17:25, Cristo se refiere a la crucifixión diciendo: “Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.”
También en un lenguaje inequívoco Jesús dice al sumo sacerdote (Mat.26:64) “...que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” Y en Mat.16:28 dice: “De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.”
Además, lo que dijo Cristo que iba a pasar a esa generación, ¡ocurrió así! Esta clara y literal declaración hecha por Dios mismo implica que el cumplimiento de los juicios de Dan.9 ocurrirían dentro del cuadro de tiempo de aquella generación existente y esta declaración puede ser reemplazada por medios de otras maneras.
Una referencia de Mat.24:15 con la narración de Lucas enlaza la destrucción de Jerusalén con el hecho de que esa generación vería a la ciudad rodeada por un ejército: “cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.” Usando la misma amonestación al pueblo de Judea, Cristo dice en Luc.21:20: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.” Y para identificar el propósito de la desolación nos dice en el v.22 “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.”
Y si en verdad la indignación del Señor fue derramada sobre la desolada nación Judía en 70 d.C., entonces ¿qué de las profecías de Dan.19:24-27, que identifican la terminación de la nación improductiva al final de las Setenta Semanas, cuando la ciudad y el santuario fueron destruidos? ¿Debemos entender que el período de setenta semanas fue cumplido en el año 70 d.C.? Acuérdense que las Setenta Semanas fueron determinadas sobre “sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad”, y al final de las setenta semanas la ciudad y el santuario serían destruidos.
Esta profecía fue cumplida en 70 d.C. Nosotros no estamos esperando la reconstrucción del templo en nuestros días para que sea destruido otra vez, porque la destrucción ya aconteció. También para el fin de ese período concluirían el sacrificio y la ofrenda (Dan.9:27).
Dan. 9:24, enlista seis cosas específicas que serían logradas al finalizar este período, y ¡todas ya han sido cumplidas! En confirmación de su cumplimiento el texto se lee así:
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para.....”:
· “terminar la prevaricación”– Cumplido. Luc.11:47-51; Mat.23:29-32; Mat.21:33-45.
· “poner fin al pecado” – Cumplido... Jn.1:29; Mat.1:21; Hech.10:43; Heb.9:26
· “expiar la iniquidad” – Cumplido... 2Cor. 5:18-21; Heb.2:17; Col.1:20; Rom.5:10
· “para traer la justicia perdurable” – Cumplido Rom.3:25,26; Heb.9:12; 2Tes.2:16; 2Cor.9:9
· “sellar la visión y la profecía” – Cumplido. Heb.1:1-2; Jn.1:1; 2Ped.1:19-21
· “ungir al Santo de los santos” – Cumplido. Mat.3:15-17; Luc.4:18; Hech.4:26,27; 10:38
Interesantemente, Cristo, en respuesta a la pregunta de cuántas veces debe un hombre perdonar a su hermano, respondió diciendo “setenta veces siete” (Mat.18:22) que es exactamente la misma cantidad de tiempo que cubren las Setenta Semanas de Daniel. La implicación es que la paciencia de Cristo no iba a durar para siempre para con la nación de Israel. Cristo cumplió el pacto que ellos trasgredieron más de 490 veces. Esto no necesariamente quiere decir que Cristo quiso decirnos que después de setenta sietes no podremos perdonar, sino simplemente que setenta semanas fueron determinadas sobre el pueblo.
Por eso, podemos ver que la desolación de Jerusalén en 70 d.C. cumplió las profecías de Daniel capítulo 9, contra la perversa generación que rechazó al Señor y a su Ungido. Cristo juzgó a la nación con la desolación y les quitó el Reino de Dios y lo entregó a una nación que produce fruto, que es la nación de creyentes. Los días de venganza que fueron para que todas las cosas escritas pudieran ser cumplidas, no hablan de otro cumplimiento más que el cumplimiento de las Setenta Semanas de Daniel con la Desolación de Jerusalén en 70 d.C. Por eso:
· La Desolación de Palestina en 66-73 d.C. fue
· El Cumplimiento de la Semana Setenta de Daniel
· Y el fin de la temporal “Nación de Dios”
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La Identidad y La Importancia de Juan el Bautista
En el Nuevo Testamento vemos que los judíos tomaban las profecías del Antiguo Testamento en una forma muy literal. Por ejemplo cuando veían las profecías del retorno del profeta Elías, ellos esperaban literalmente el regreso a la tierra de ese mismísimo profeta. En una ocasión (Jn.1:19-21) las autoridades entre ellos mandaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas para preguntarle a Juan quién era él. Les contestó que no era ni el Mesías ni tampoco el profeta Elías.
Cuando nació Juan, un ángel le dijo a su padre Zacarías (Luc.1:17) que su hijo iría delante del Señor con el espíritu y el poder del profeta Elías. Sin decir que Juan iba a ser literalmente el mismo personaje del Antiguo Testamento reencarnado, simplemente dijo que iba a demostrar el espíritu y el poder particulares del profeta de la antigüedad.
Más adelante (Mat.11:14) Jesús comentó acerca de Juan, que si querían recibirlo él era aquel Elías que había de venir. En otra ocasión (Mat.17:10-13) Jesús declaró a sus discípulos que Elías ya había venido, pero que el pueblo no lo reconoció. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Así vemos que aquellas profecías del retorno de Elías, que parecían a los ojos de los judíos ser muy literales, fueron cumplidas en Juan el Bautista. Este Juan era un tipo de segundo Elías. Desgraciadamente hay quienes ahora hacen la misma equivocación que hicieron los judíos del tiempo de Juan el Bautista, y sueñan con un Elías del futuro.
Juan tuvo un ministerio de dos aspectos. Parte de su misión era benigna. Como Profeta del Altísimo, daría el conocimiento de la Salvación a mucha gente para la remisión de sus pecados (Luc.1:76,77). Era un testigo de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. (Jn.1:7).
Pero el otro aspecto de su comisión era el heraldo de un Juez Venidero. En realidad las citas que existen de Juan en el Nuevo Testamento, hablan más de este segundo aspecto que del primero. Juan avisaba a los Fariseos y Saduceos y la multitud de personas que venían a recibir su bautismo, (Mat.3) a huir de la ira venidera. Les dijo además que el hacha estaba puesta a la raíz de los árboles. Les anunciaba la venida de otro quien vendría tras él, con un aventador en su mano para limpiar su era; recogería su trigo en el granero y quemaría la paja en un fuego que nunca se apagaría (Mat.3:12).
Una de las observaciones acerca de Juan, fácil de notar, es la semejanza con Malaquías que demuestra en su manera de hablar. Los dos describen un día de ira, de la venida del Señor con fuego para purificar y probar, quemar y consumir. Los dos hablan de un tiempo de discriminación y separación de los justos de los malos, etc. Las semejanzas no son accidentales. Las predicciones de cada quien son partes iguales una de la otra, y se refieren al mismo evento, el mismo Día del Señor, el mismo juicio venidero.
Tal vez lo que más nos llama la atención es la cercanía de la crisis que Juan anuncia. La ira venidera no era solamente por venir sino también próxima. El hacha ya estaba opuesta a la raíz de los árboles; el aventador ya estaba en la mano del Señor. La advertencia urgente de Juan no es la misma exhortación al arrepentimiento que se da generalmente a todos los hombres de todos los siglos. Era compuesta de palabras que quemaban la conciencia de los oyentes. Tenían que ver con la gente de esa generación existente, con los hombres a quienes el mensaje fue dirigido.
La nación judía se encontraba ya en su último juicio. El Segundo Elías era el precursor del gran día temeroso del Señor. Si rechazaban sus advertencias, les caerían las condenaciones predichas por Malaquías, segura y rápidamente. Nada puede ser más obvio que la catástrofe a la cual Juan hace referencia; es particular, nacional, local e inminente. Y la historia da testimonio de que todo esto sobrevino dentro del período de esa misma generación.
La Enseñanza del Señor Tocante a la Parusía
En los Evangelios Sinópticos
Cuando Juan el Bautista fue encarcelado por Herodes, Jesús empezó un nuevo período de su ministerio. Previo a esto había enseñado, hizo milagros, ganó discípulos, y obtuvo una amplia popularidad. Pero con la desgracia de la muerte de Juan, que pudo haber sido considerada como indicando el fracaso del ministerio de Juan, nuestro Señor se retira a Galilea y allí entra a la nueva fase de su desempeño público. Leemos en Mat.4:17 "Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!»." Con estas mismas palabras se describe el mensaje de Juan (Mat.3:2).
Jesús y Juan llamaron a la nación al arrepentimiento y anunciaron la cercanía del Reino de los Cielos. Es evidente que con las palabras el Reino está cerca Juan no quiso decir que el Mesías estaba a punto de manifestarse, porque cuando apareció Jesús en la escena pública, él hizo el mismo anuncio: el Reino está cerca. También hay que notar que cuando los doce discípulos fueron mandados a su primera misión evangelística, fueron instruidos a predicar no la llegada del Reino sino que estaba por llegar (Mat.10:7). Además el hecho de que el Reino no vino durante la vida del Señor, ni en el día de Pentecostés, es evidente del hecho de que en su discurso sobre el Monte de los Olivos, nuestro Señor dio a su discípulos ciertas señales por las cuales ellos podrían saber que el Reino estaba a la puerta (Luc.21:31).
Por eso, encontramos las siguientes conclusiones deducibles de la enseñanza del Señor:
· Que una crisis, o consumación, llamada El Reino de los Cielos era inminente.
· Que esta consumación, aunque cerca, no iba a suceder durante su propia vida, ni por algunos años después de su muerte.
· Que los discípulos, o por lo menos algunos de ellos, podrían esperar ver o testificar de su llegada.
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La enseñanza de Pablo Tocante a la Segunda Venida de Cristo y los eventos que rodean esa Venida
Un examen de los siguientes pasajes de las epístolas de Pablo revela su concepto de la Segunda Venida de Cristo y los eventos que rodean esa venida.
1Tes.1:9-10: “.... y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.”
Este pasaje demuestra el lugar que la expectación de la Venida De Cristo ocupó un lugar muy importante en la enseñanza de las iglesias apostólicas. Era una de las verdades cardinales del Evangelio que Pablo propagó. El apóstol describe la nueva actitud de los conversos tesalónicos cuando volvieron de los ídolos paganos para servir al único Dios. Su actitud era la de “esperar de los cielos a su Hijo”. Es muy significante que esta verdad en particular fue seleccionada por el fundador de iglesias, de entre todas las grandes doctrinas del Evangelio para indicar la característica más prominente que distinguía a los nuevos Cristianos de Tesalónica.
La vida cristiana aparentemente se suma bajo dos encabezados:
1. El servicio al Dios viviente y
2. La expectación de la pronta Venida de Cristo.
La inferencia es la siguiente:
Esta doctrina constituye una parte integral de la enseñanza apostólica. La expectación del prono retorno de Cristo era la fe de los Cristianos primitivos. Y ¿cómo iban esperar esa Venida? ¿En sus sepulcros? ¿En el cielo? ¿En Hades? ¡No! Claramente iban a esperar a él mientras todavía vivía en la tierra. La forma de la expresión “esperar de los cielos a su Hijo” implica en la tierra. Y ciertamente estas palabras darían a los lectores del primer siglo una idea de la cercanía de la Venida de Cristo.
La última frase del v.10 “Jesús, quien nos libra de la ira venidera”, nos recuerda de la proclamación de Juan el Bautista de “huir de la ira venidera” (Mat.3:7). Sería una equivocación suponer que Pablo aquí se refiere a la retribución que espera cada alma pecaminosa en el estado futuro. Más bien fue otro evento catastrófico que tenía en mente. La “ira venidera” de este pasaje es idéntica con la “ira venidera” del segundo Elías. Es idéntica con “días de retribución” e “ira sobre este pueblo” profetizada por nuestro Señor en Luc.21:22-23. Es el “día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Rom.2:5). Esta Venida y este Día saltan de las páginas del Nuevo Testamento. Los creyentes en Tesalónica no estaban lejos y aunque Judea estaba en el ojo del torbellino, el ciclón de juicio iba a pasar por otras regiones y afectar a multitudes quienes, como los Tesalonicenses, podrían pensar que estaban fuera de su alcance.
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