Uso de la palabra cerca en el Nuevo Testamento
Mr. 13:28 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
Mt. 20:3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados;
Mt. 26:18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos.
Lc. 7:12 Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.
Lc. 19:11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente.
Jn. 6:4 Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.
Fil. 4:5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca.
Ap. 1:3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Ap. 22:10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
En todos los ejemplos arriba mostrados, se hace uso de la palabra cerca y que en griego es νγύς –engús.
Engús o eggus significa cerca, cercano, próximo. Nunca esta palabra tiene otro sentido que el que entendemos en castellano. Cuando se dice que algo está cerca, o que el tiempo se acerca, simplemente está diciendo eso, no da la idea que pueda ocurrir muchos años adelante, o que se trate de una distancia muy larga.
Uso de la palabra pronto en el Nuevo Testamento
Mt. 5:25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
Mt. 28:7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
Lc. 14:21 Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Vé pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.
Jn. 13:27 Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
Gal. 1:6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio
Ap. 1:1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
Ap. 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Ap. 3:11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Ap. 22:7 !!He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
Al igual que en el recuadro anterior, pero usando la palabra pronto, y que en griego es ταχύtajú (tachu, tachion, tachos), el significado es idéntico al que conocemos en nuestro idioma, y por lo tanto no debe dársele un sentido opuesto al que tiene, quiero decir, no debe interpretarse “He aquí yo vengo pronto”, como si estuviera diciendo vengo en 2000 años más. (El significado de las palabras están sacados del diccionario Strong en español)
Estos son solamente algunos de los muchos ejemplos con los que se puede demostrar que las palabras “cerca” y “pronto” de la Biblia tenían un significado muy similar a como hoy los entendemos. La promesa de que Cristo volvería, o de que viniera por segunda vez, no fue tomada por los primeros cristianos como un hecho posible en el más lejano futuro, no, mas bien, para ellos la promesa del regreso de Cristo era un acontecimiento inminente, pero para sus días. Lo que se nos ha hecho creer, es que esta forma de decir: “vengo en breve”; “vengo pronto”; “está a las puertas”, fue para mantener a los cristianos de todas las épocas en un estado de alerta, preparados, vigilantes, como si en cualquier momento habría de venir, pero, no fue esa la intención original de la promesa. Los hermanos de la iglesia primitiva entendieron que el día del juicio sobre Israel estaba cerca. Que todas las profecías concernientes a la destrucción de su nación estaban a punto de ser cumplidas en su totalidad (Lc.21:22).
El libro de Apocalipsis y las cartas apostólicas fueron escritas específicamente para alentar a los cristianos que vivían en aquella época. Son mensajes de esperanza y aliento para una generación que estaba a punto de presenciar el más grande acontecimiento de su historia. La Iglesia de esa generación entendía que habían llegado al final de los tiempos (1Cor.10:11), pero no al fin del mundo físico, sino, al fin de una nación apostata y rebelde, de un sistema religioso infructuoso, de un pacto quebrantado. Dios traía juicio sobre la ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto (Ap.11:8). Era la mujer vestida de purpura y escarlata (Ap.17:4), y embriagada con la sangre de los santos y los mártires de Jesús (Ap.17:6). La gran ramera, la que había fornicado con los reyes de la tierra (Ap.17). Se acercaba la hora de vengar la sangre de los santos, desde Abel hasta el último cristiano mártir. Era un mensaje de esperanza para una Iglesia atribulada y perseguida, pero también era un mensaje de advertencia que el día de la ira de Jehová estaba a las puertas; día de venganza y de juicio, pero también, día de coronación y galardones. Cuando Pablo escribe a los hermanos de Filipos (Fil.4:5) “El Señor está cerca”, no los está engañando, no les está haciendo creer que eso de que está cerca, en realidad podría significar unos 2000 años o más, ¡no, no y mil veces no! Creer eso significaría que Pablo los engañó, y por consiguiente la Biblia miente. La frase escrita por Juan en Apocalipsis y repetidas varias veces en el libro “He aquí, yo vengo pronto”, indica la misma situación anterior. Sí ese “vengo pronto” debe interpretarse que podría ser que venga en un par de milenios más, claramente yo podría ver que Jesús engañó a sus seguidores del primer siglo, pero estoy seguro que no fue así, él dijo vengo pronto y ellos creyeron que les estaba hablando a ellos, y en serio. Alguien me dirá: “pero recuerde que la Biblia dice que para Dios un día es como mil años, y mil años es como un día”. Es verdad. Pedro lo dice en su segunda carta 3:8, pero aquí el apóstol no está queriendo decir lo usted interpreta, o sea, que para Dios decir pronto o cerca puede significar mucho tiempo de espera, no, simplemente Pedro está queriendo decir que Dios es invariable en su Palabra, lo que él ha prometido lo cumplirá. El no hace diferencia entre uno y mil. Mil es igual a uno, como así también uno es igual a mil. Dios es eterno, sus años no pasan como los nuestros. El no es más viejo hoy que hace 2000 años atrás. Para Dios no existe el tiempo krono, él es el mismo ayer hoy y siempre, lo que indica que podemos confiar en él, por sobre todas las cosas. Dios no cambia de palabra, y de acuerdo con el contexto del capítulo, en la Iglesia había cierta inseguridad con respecto al cumplimiento cercano de la promesa de su advenimiento, por eso Pedro tiene que recordarles que Dios es tan invariable, como que uno es igual a mil y mil es igual a uno. 2P.3:8 no quiere decir que mil años nuestros, sean como un día para Dios. Creer esto sería creer que Dios está limitado por el tiempo, y que podría medirse incluso hasta su edad, y esto sería absurdo, ¿verdad? Bueno, entonces no deduzcamos que el apóstol está queriendo decir que la tardanza de su venida es precisamente porque para Dios la palabra “pronto” significa mucho tiempo de espera.
La Biblia fue escrita para que la leyeran y entendieran seres humanos, no seres celestiales o espirituales. Entonces está escrito en un lenguaje familiar para sus lectores originales. El estudiante de la Biblia debe usar el sentido común cuando lee las Sagradas Escrituras. En primer lugar debe tratar de ponerse en el lugar de las personas para quienes fue escrita originalmente. Debe remontarse en el tiempo, indagar sobre quiénes eran los destinatarios primarios, cómo vivían, en qué lugar se encontraban y bajo que circunstancias.
Cuando leemos sobre la bestia en Apocalipsis, nos imaginamos un sinfín de historias y personajes, y de hecho es lo que se enseña en las iglesias hoy, pero si dejáramos de ser tan “espirituales” por un momento, y pensaremos un poquito en cómo lo entendieron las personas que leyeron por primera vez esta carta. ¿A quién verían ellos como la bestia? Juan no les da nombre, pero les da una clave numérica, un trío de seis, para que lo reconozcan haciendo uso de sabiduría. Era peligroso en ese momento decir abiertamente el nombre de este malvado, por eso Juan lo oculta en clave, pero que con un poco de inteligencia podrían descifrar el enigma rápidamente. Para la bestia se han propuesto infinidades de nombre, desde un líder político hasta el papa de Roma. Para la mayoría este es un personaje que aún no existe, pero se levantará algún día en el futuro cuando estemos llegando al final de los tiempos. Ya hablaré más detalladamente sobre la bestia y el anticristo en otro estudio, por ahora volvamos a nuestro tema.
La palabra “cerca” que en griego es eggus o engús significa: cerca, cercano, próximo. Tal cual como lo entendemos en castellano, y la palabra “pronto” que en griego es tachos o tachu significa: espacio breve de tiempo, de prisa, en breve, sin demora, súbitamente o sorpresivamente. Ambas palabras son usadas para señalizar una distancia métrica o de tiempo entre dos puntos, lo que indica que no pueden ser interpretadas de otra manera, y esta es para mí, una de las razones más contundentes para afirmar que Jesús ya vino en cumplimiento de sus propias palabras (Mt.24:34), sobre aquella generación (genea) que le escuchó y vio sus obras. Tal generación no significa raza, o clase de gente como interpretan los dispensacionalistas, queriendo dar a entender que lo que Jesús dijo en Mt.24:34, no es otra cosa que Israel quien sería la generación que existiría para el tiempo de su regreso, es decir, Israel no podría desaparecer hasta que se cumplieran todas las cosas que él hablaba en esos momentos. Otros futuristas interpretan generación como la clase de gente impía que escuchó a Jesús en sus días, y que tal clase de gente perduraría hasta que él volviera por segunda vez, o sea, no la gente de esa época, sino la clase de gente de esa época. Pero generación no es eso, sino que es la gente que vivía en aquellos días, se refiere a una generación de tiempo. Si esto no fuese suficiente, Jesús también dijo que algunos que le escuchaban en ese momento, no gustarían la muerte, hasta ver al Hijo del Hombre viniendo en su reino (Mt.16:28). Se ha querido cambiar el sentido de estas palabras, diciendo que Jesús se estaba refiriendo a lo que algunos de sus discípulos pocos días después presenciarían en el monte de la transfiguración (Mt.17:1-2). Pero si esto hubiera sido así, ¿por qué Jesús habló como si tal acontecimiento iba a tener lugar muchos años adelante? No era necesario decir que algunos no morirían sin antes ver su venida, si solo pasarían unos pocos días, seis exactamente. Es impresionante la forma en que los dispensacionalistas fuerzan la interpretación de algunos textos tan claros como los antes mencionados, para justificar su equivocada doctrina escatológica. Hay otro verso muy importante en los evangelios que me gustaría citar aquí, y es cuando Jesús está ante el sumo sacerdote Caifás, y es presionado para que confiese si realmente él se declara ser el Cristo, el Hijo de Dios:
Mt. 26:64 “Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo”
¿Por qué le dirá al sumo sacerdote que verá al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo?, Es una pregunta para reflexionar ¿verdad?
He leído en estos días una variedad de artículos y foros en internet en donde se defiende la posición dispensacionalista premilenarista, y llega a ser chocante en la forma que tratan a los que no sostienen sus mismas enseñanzas. Tildan de “doctrinas de demonios” al enfoque preterista. Condenan al infierno al cualquier comentarista de esta escuela escatológica, no considerando los estudios o títulos que tengan. Los dispensacionalistas están empecinados en que su interpretación de las Escrituras sobre los tiempos finales es la correcta, y condenan a todos quienes no estén de acuerdo con ellos. Creo que ha llegado el tiempo en que la verdad salga a superficie, y quitemos el velo de los ojos de nuestro entendimiento. Decir que hoy si se puede hablar de que la venida de Cristo está cerca, y que su regreso será muy pronto, me parece una verdadera locura. Muchos predicadores carismáticos han asegurado haber tenido revelación de que Jesucristo viene muy pronto, algunos ya han muerto, y Jesús no regresó. El hno. Yiye Avila cuenta en su testimonio que un día Dios le habló, cuando él era un preocupado de su cuerpo atlético, y que vivía para mantenerse en forma, Dios le dijo que dejara todo eso, porque ya no había más tiempo, que Cristo estaba por venir, y él lo necesitaba para que predicara su Palabra. Respeto y admiro al hno. Yiye, pero no creo que Dios le haya hablado así, porque Dios no miente a nadie. Creo que un día moriremos y estaremos por siempre con el Señor en algún lugar, no me inquieta más su regreso, solo sé que soy de él para siempre, como dijera Pablo, “sea que vivamos o que muramos, del Señor somos (Rom.14:8).
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