CONCLUSIÓN:
LAS LECCIONES DE APOCALIPSIS
Si el libro de Apocalipsis es primordialmente una profecía para la Iglesia del siglo primero, ¿tiene algún valor para los cristianos de hoy día? La verdad es que nos enfrentamos a esa pregunta en relación con cada uno de los libros de la Biblia, no sólo Apocalipsis; pues toda escritura fue escrita "a" alguien más, no "a" nosotros. Pero Pablo expresó un principio fundamental de interpretación bíblica: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Tim. 3:16-17). El juicio de Dios sobre Israel por su desobediencia puede ocurrirnos a nosotros también si no perseveramos en fe y obras. Si hasta Israel pudo ser desgajado del árbol de la vida del pacto, también podemos serlo nosotros: "Por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a tí tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar" (Rom. 11:20-23).
Interpretación de la Profecía
El propósito de la profecía no es simplemente "predecir"; más bien, es un llamado a vivir éticamente en términos de las normas de Dios. Por lo tanto, no es "historia escrita por anticipado". Nuestra norma para interpretar la profecía debe ser la Biblia misma. El Libro de Apocalipsis está escrito en "signos", es decir, símbolos. El simbolismo es inescapable; en realidad, todo es simbólico. El simbolismo es analógico, no realístico; es fluido, no un "´codigo". Los controles primarios sobre la indebida especulación deben ser fidelidad al sistema de doctrina de la Biblia, y fidelidad al sistema de simbolismo de la Biblia.
El Libro de Apocalipsis
El Libro de Apocalipsis tiene un enfoque contemporáneo; no trata de la Segunda Venida, sino de la inauguración de la era del Nuevo Pacto durante los últimos días - el período entre el año 30 y el año 70 d. C., desde la ascensión de Cristo hasta la caída de Jerusalén. Escrito en algún momento dentro de la década final de la historia de Israel en la forma distintiva del proceso de pacto bíblico, sus principales profecías habrían de cunplirse en breve. La idea era que la profecía fuera leída en el marco litúrgico de las iglesias del siglo primero, y así, comienza con siete cartas a las iglesias de Asia Menor. Cada carta recapitula la estructura en cinco partes de los pactos bíblicos históricos. Tomadas en conjunto, las cartas recapitulan toda la historia de los pactos, desde Adán hasta Cristo; y también prefiguran la estructura entera de Apocalipsis. Los siete sellos establecen el período de los últimos días en general; las siete trompetas advierten de la tribulación, hasta el primer sitio de Jerusalén bajo Cestio; y las siete copas revelan el derramamiento final de la ira de Dios sobre Jerusalén y el templo en los años 67-70 d. C.
El Apocalipsis se escribió para consolar e instruir a las iglesias que están atormentadas y oprimidas por una forma oculta, agnóstica, estatista del judaísmo apóstata que se había apoderado de la jerarquía religiosa de Israel. Juan da a este movimiento varios nombres simbólicos - "nicolaítas", "balaamitas", "jezabelitas", y "la sinagoga de Satanás" - pero todas estas expresiones se refieren aal mismo culto.
El significado de los principales símbolos de Apocalipsis pueden resumirse como sigue:
El libro de los siete sellos es el Nuevo Pacto, que Cristo obtuvo a su gloriosa ascensión, que "abrió" durante el período de los últimos días, y que alcanzó su clímax en la destrucción de Jerusalén. (El "librito", que explica el libro de los siete sellos, es la revelación de Juan. La multitud sellada de 144.000 es el remanente, los judíos creyentes del siglo primero, el núcleo de la innumerable multitud de los redimidos de todas las naciones. Los "dos testigos" representan a la Iglesia fiel del Antiguo Pacto, "la ley y los profetas" ejemplificados en Moisés y Elías, y que culmina en el testimonio de Juan el Precursor. La mujer vestida de sol es el Israel fiel, la madre de Cristo. A pesar de la ira del dragón, el Mesías asciende para juzgar el cielo y la tierra desde el trono. La derrota de Satanás por medio de la vida, la muerte, y la resurrección de Cristo está representada por la ofensiva "guerra en el cielo" de Miguel contra el dragón.
La bestia que sube del mar es el Imperio Romano, personificado en César Nerón; la bestia que sube de la tierra (también llamada el falso profeta) es el liderazgo religioso de Israel; y la imagen de la bestia es la sinagoga judía apóstata. Babilonia, la gran ciudad-ramera, es la Jerusalén antigua y apóstata. La nueva Jerusalén, la pura Ciudad-Esposa, es la Iglesia, que celebra su cena de bodas con el Cordero en la Eucaristía , la fiesta de comunión; luego ella sigue a su Señor quien, como el Verbo de Dios, conquista a todas las naciones por medio del evangelio.
Satanás fue atado en el primer advenimiento de Cristo y así, se le impidió que instigara prematuramente la guerra escatológica. El "milenio" es el reino de Cristo, que comenzó en la resurrección/ascensión y continúa hasta el fin del mundo. Los "nuevos cielos" y la "nueva tierra" es un cuadro de la salvación: traída definitivamente por la obra consumada de Cristo, dearrollándose progresivamente durante la era presente, y llegando finalmente, en absoluta plenitud, a la consumación de todas las cosas.
El Israel del Antiguo Pacto
Todos los pactos bíblicos fueron re-creaciones provisionales, en espera de la Nueva Creación definitiva. El significado de la historia de Israel es el alumbramiento del Niño Hombre, Jesucristo. Los creyentes del antiguo pacto tenían el testimonio de Cristo. La guerra entre la simiente de la mujer y la simiente de la serpiente llegó a su clímax en la cruz y la resurrección. El Israel incrédulo fue excomulgado; y ahora los gentiles están entrando en tropel al Nuevo Pacto. Israel nunca tendrá una identidad de pacto aparte de la Iglesia, porque la religión del Antiguo Pacto no puede ser revivida; la salvación es ahora sólo con Cristo y la Iglesia.
La Resurrección y la Ascensión de Cristo
y El Reino del Nuevo Pacto
La meta del advenimiento de Cristo era su gloriosa ascensión al trono celestial (p. 309) - su definitiva "venida en las nubes". Por medio de su resurrección y su entronización, derrotó al diablo y destruyó sus obras, abriendo el cielo a todos los creyentes. Habiendo sido inaugurado a su primer advenimiento, Cristo es el Gobernante de todos los reyes de la tierra; su reino ha comenzado y continúa ahora.
La victoria definitiva de Jesucristo nos poporciona dominio progresivo. Su resurrección es la primera resurrección, que comparten todos los creyentes. El reino es la Era de la Regeneración, que se ha de caracterizar por la justicia. Todos los cristianos son reales sacerdotes, que ministran y reinan tanto en el cielo como en la tierra.
La ascensión de Cristo abrió el Nuevo Pacto, la nueva creación del cielo y de la tierra - una descripción de nuestra herencia tanto presente como futura. La Nueva Jerusalén es la Ciudad Reino, la Iglesia: La Esposa de Cristo ahora y para siempre. Así como el antiguo pacto era la edad de la noche (relativa), el Nuevo Pacto es la edad del día, pues el mundo se nueve escatológicamente de la oscuridad a la luz. Por eso, el Nuevo Pacto es la pometida "era por venir".
Los cristianos ortodoxos concuerdan en que el reino de Cristo va desde su ascensión hasta el fin del mundo. El cristianismo ortodoxo es tanto amilenialista como post-milenialista, pues, mientras el cristianismo siempre ha sido inquebrantablemente anti-revolucionario, también ha sido fuertemente optimista en relación con el poder del evangelio para convertir a las naciones del mundo. Por lo tanto, el cristianismo ortodoxo no es "pluralista" con respecto al reino, sino que sostiene que todos los hombres, las naciones, y las instituciones deben inclinarse delante del Señor Jesucristo y obedecer sus mandamientos en cada área de sus vidas y sus pensamientos.
El Judaísmo y la Caída de Jerusalén
El mayor enemigo de la Iglesia en los tiempos del Nuevo Testamento era el judaísmo apóstata. El judaísmo del siglo primero no era simplemente una continuación de la religión del Antiguo Pacto; más bien, era una religión apóstata, que negaba tanto el Antiguo como el NuevoTestamento, que promovía la herejía de la salvación por medio del caos, y cometía idolatría al sustituir al Creador con la creación. El rechazo de Cristo por parte de Israel corrompió al resto del mundo, convirtió en maldición las bendiciones de Dios, y llevó a Israel a la esclavitud del ocultismo y el estatismo. La fornicación y el adulterio son metáforas bíblicas comunes para representar la violación del pacto; por eso, la Jerusalén apóstata es representada como la gran ramera, la corruptora del mundo. Por lo tanto, los judíos incrédulos no son el pueblo escogido de Dios.
El mayor privilegio de Israel significaba una mayor responsabilidad, y por ende, un mayor juicio. Después de que el evangelio se predicó al mundo entero, Dios derramó la Gran Tribulación de los años 67-70 d. C. sobre la Jerusalén apóstata y su templo en respuesta directa a las oraciones de la Iglesia. La destrucción de Jerusalén era la señal para Israel y el mundo de que el Hijo del Hombre ahora reinaba en el cielo, y de que este era el necesario y final acto de introducir el Nuevo Pacto. Cristo trajo la Era de Justicia después de la caída de Jerusalén; la salvación del mundo vino por medio de la caída de Israel; en realidad, la caída de Israel, a su debido tiempo, resultará en su propia conversión. El único medio de salvación, para judíos y gentiles, está en Cristo Jesús.
La Iglesia
Hay sólo un pacto de gracia, que opera por medio de diferentes administraciones. Con la venida del Nuevo Pacto, la gloria de Dios fue transferida del templo a la Iglesia, y los judíos creyentes y los gentiles se unieron en un solo cuerpo en Cristo Jesús. La Iglesia es el verdadero Israel, la sinagoga escatológica; como tal, ya no está atada a la Jerusalén terrenal sino que está multicentralizada a través del mundo. En el antiguo pacto, el mundo había sido organizado alrededor de la Antigua Jerusalén; la Iglesia es la Nueva Jerusalén, la Ciudad de Dios, y así, el mundo ahora está organizado alrededor de la Iglesia. No podemos tener a Dios por nuestro Padre si no tenemos a su Iglesia como nuestra Madre. La santificación del pueblo de Dios se lleva a cabo por medio de la Iglesia, por medio de su ministerio y sus sacramentos.
La Iglesia ascendió al cielo con Cristo, y ahora habita en el cielo, como en tabernáculos, con los santos y los ángeles. Un santo es el que tiene privilegios de santuario; por medio de la ascensión, todos los cristianos tienen acceso al santuario. Los cristianos y los ángeles están ahora al mismo nivel como miembros del concilio celestial: Todos los cristianos son profetas, que ven a Dios cara a cara.
La Iglesia es la definitiva re-creación del mundo, el Nuevo Pacto; ella es la ciudad sobre un monte, la luz del mundo. La salvación fluirá de sus puertas para convertir al mundo. Todas las naciones convergirán hacia ella con los frutos de su cultura; en realidad, los gobernantes tendrán el deber de sostener la Iglesia. Cuando los estados abandonan su responsabilidad y en su lugar tratan de destruir la Iglesia, tal persecución no es nunca meramente "politica"; es siempre religiosa. La persecución de Satanás contra la Iglesia no es una señal de su poder; más bien, él ataca a la Iglesia precisamente porque Jesucristo ya le ha derrotado. Por lo tanto, la Iglesia será preservada a través de todas sus tribulaciones, y gloriosamente vencerá toda oposición a ella. Por lo tanto, no hay excusa para el fracaso: Cristo condena a las iglesias que son inefectivas.
El templo celestial, el arquetipo del tabernáculo y el templo de Israel, ha sido heredado por la Iglesia. Puesto que la voluntad de Dios se ha de ejecutar en la tierra como se ejecuta en el cielo, la actividad angélica es el modelo para la nuestra; en particular, los ángeles corresponden a los pastores/obispos de la Iglesia, y sus actividades de juicio/gobierno han de ser imitadas por sus contrapartes terrenales.
El Culto
El Nuevo Pacto inevitablemente resultó en un nuevo cántico: la liturgia del Nuevo Pacto. (La intolerancia litúrgica es esencialmente de carácter pagano y musulmán, no bíblico). El día de adoración cristiano, el "Día del Señor", es la representación litúrgica del Día del Señor; es por esto por lo que, históricamente, el Libro de Apocalipsis ha establecido el modelo para el culto de la Iglesia. La adoración bíblica es corporativa, respondiente, y ordenada: Esto requiere una liturgia formal. Cada semana, en el Día del Señor, la Iglesia que adora sigue a Cristo en su ascensión al cielo; los ángeles están presentes en nuestro culto porque la Iglesia está de pie en la corte del cielo. Todo lo que hacemos en culto tiene significado cósmico: Según el modelo bíblico, nuestra oración pública debe hacerse en una postura física reverente; y hasta nuestro sencillo Amén se considera como un juramento legal. A causa de la ascensión, todos los cristianos son profetas, miembros del Concilio Consultivo de Dios. La fiel Iglesia ofrece oraciones imprecatorias contra sus opresores, y Dios trae juicios sobre la tierra en respuesta al clamor de la Iglesia "pidiendo justicia".
El culto debe centrarse en Jesucristo. Esto significa la celebración semanal de la Eucaristía, el corazón del culto cristiano. La eucaristía es el centro de la vida, y debería "dar forma" a todo lo que hacemos.
El Dominio
El mandato de dominio, la tarea asignada a Adán, se cumplirá por medio del triunfo del evangelio en todo el mundo. Los cristianos gobiernan con Cristo en su reino ahora, en esta era, y el cristianismo está destinado a tomar el control sobre todos los reinos de la tierra. Dios ha dado a su pueblo una "cesión de pacto" para que tome posesión y ejerza dominio sobre su creación. Por lo tanto, a todos los cristianos se les ordena vencer la oposición; y, en realidad, todos los cristianos son vencedores. Sin embargo, el poder político no viene primero; hay que resistir la tentación de apoderarse de él prematuramente. La Iglesia debe tomar la iniciativa en la lucha contra las fuerzas del mal - debe atacar, no sólo defenderse - y tendrá éxito.
La Conversión del Mundo
La mayor parte del mundo es todavía pre-cristiano, no post-cristiano. Jesucristo vino a salvar al mundo, y su ascnsión y su resurrección garantizan el triunfo del evangelio. Cristo está destinado a herir y conquistar a todas las naciones por medio de su Palabra. Su cruz, el árbol de la vida, sanará a todas las naciones, como lo expresa simbólicamente la Fiesta de los Tabernáculos. La abrumadora mayoría de los pueblos serán salvos, y hasta la caída de Israel a su debido tiempo resultará en su conversión. La tendencia en la era del Nuevo Pacto es juicio para salvación.
La Salvación y la Vida Cristiana
La doctrina de la "edad de la responsabilidad" es un mito; todos los hombres son responsables ante Dios en cada momento de su existencia. Desde una perspectiva, el Libro de la Vida es una lista bautismal, un registro de pacto del cual son borrados los apóstatas; sin embargo, desde otra perspectiva, es el registro de la membresía de aquéllos a los que Dios ha escogido desde antes de la fundación del mundo. La Biblia enseña perseverancia, no "seguridad eterna". La perseverancia requiere fe en el justo gobierno del mundo por parte de Dios.
La Biblia no enseña la salvación por obras, pero sí enseña la condenación por obras. Somos jsutificados por fe solamente; pero la fe verdadera nunca está sola. La riqueza es un subproducto del reino de Dios; perseguirla aparte de Cristo es idolatría. El cristianismo no nos exime del sufrimiento, sino que nos capacita para superarlo. El sufrimiento no produce piedad; sólo la gracia de Dios lo hace. Nuestros sufrimientos sirven dos propósitos: o nos prueban, o nos mejoran. Dios está más que dispuesto a contestar nuestras oraciones; nuestro problema es que no oramos. Dios tiene sus secretos, pero ha revelado lo que necesitamos saber para obedecerle.
LAS LECCIONES DE APOCALIPSIS
La salvación es la victoria de Dios sobre sus enemigos, en este mundo y en el venidero. La salvación redime tanto al individuo como a la comunidad en la Ciudad de Dios. Toda vida y toda cultura fluyen de un centro religioso. El cristianismo se aplica a todas y a cada una de las áreas de la vida; renueva el mundo.
Dios y Su Mundo
En el sentido más absoluto, Dios es independiente de su creación. La unidad y la diversidad del orden creado son reflejos de la Trinidad, en la cual la unidad y la diversidad son igualmente últimas. Dios conoce el futuro porque Él lo planeó. El significado de la predestinación es el de que todos los hechos son hechos creados, siendo su significado predeterminado y totalmente interpretado por Dios. Lo opuesto de predestinación no es libertad sino ausencia de signficado. Aunque Dios no es responsable por el pecado, nada sucede fuera de su control.
La creencia en una "ley natural" autónoma es la forma moderna del baalismo. Nada en la creación es autónomo; todas las cosas son personales y centradas en Dios. Dios gobierna su creación directa y personalmente. El orden mismo de las constelaciones manifieta la gloria de Dios. Dios es el Rey de las naciones, y las usa para llevar a cabo sus propósitos; Él gobierna hasta los ejércitos paganos de la tierra. Los juicios del mundo proceden, directa y personalmente, de su trono. Dios pone freno a la maldad del hombre; sin este freno, no habría límite al odio y a la guerra. Dios aplica sus modelos de justicia al mundo, requiriendo restitución múltiple.
Las Últimas Cosas
El diablo no es su propio amo; en última instancia, es gobernado por Cristo. Cuando Dios decida soltarle, Satanás causará la guerra final al fin de la historia, pero su última rebelión será aplastada inmediatamente. Ambos lados, los justos y los impíos, madurarán hasta el mismo fin; a esto se le llama conciencia epistemológica.
El cristiamismo ortodoxo siempre se ha adherido a una futura segunda venida de Cristo y a un juicio final del mundo por parte de Dios. La Biblia no enseña el universalismo absoluto; algunas personas nunca se convertirán y perecerán por la eternidad. Todos los que no estén en Cristo serán lanzados al castigo eterno.
Dios es el gran Rey-Guerrero: Él derrota a sus enemigos, y usa los despojos de la victoria para construir su templo. El Mandato de Dominio se cumplirá, y la tierra se "encielizará" por completo. La salvación anula la maldición, y promete, no sólo que el Paraíso será restaurado, sino que será totalmente consumado. Nuestra ganancia en Cristo es mucho más que lo que perdimos en Adán. Los cristianos reinarán con Cristo, no sólo durante un "milenio", sino para siempre.
CHRISTUS VINCIT
CHRISTUS REGNAT
CHRISTUS IMPERAT
Apéndice A
EL SIMBOLISMO LEVÍTICO
EN APOCALIPSIS
PHILIP BARRINGTON
Reimpreso de la obra de Philip Barrington, The Meaning of the Revelation [El Significado de Apocalipsis] (Londres: SPCK, 1931). No puedo recomendar todas las opiniones de Barrington - por ejemplo, su ridícula "hipótesis documental", al estilo de JEDP, sobre la autoría de Apocalipsis, ni sus puntos de vista sobre la supuesta evolución y fecha tardía del texto - pero creo que su contribución general a nuestra comprensión del significado de San Juan es muy valiosa, y compensa con creces sus deficiencias. En vez de dejar sentado mi desacuerdo cada vez que Barrington dice algo objetable, me arriesgaré a esperar que el lector piense por su cuenta. [D. Chilton]
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A menudo se ha señalado el carácter litúrgico de las secciones de Apocalipsis, pero no he visto ningún intento por estudiar y dilucidar el andamiaje en que están construidas las visiones. El arzobispo Benson se acercó mucho a él cuando trató el libro como un drama, y lo imprimió para exhibir la estructura coral. Pero Apocalipsis no es un drama; es una liturgia. Un drama trata del desarrollo de una personalidad, y los actores en él deben usar sus propias personalidades para interpretarlo. En la liturgia, los hierofantes deben sumergir sus propias personalidades e identidades en el movimiento de la composición entera. Es un verdadero triunfo literario que un poema sostenido como Apocalipsis retenga la atención como lo hace sin la ayuda del interés humano en carácter, y que ese triunfo sea litúrgico en carácter.
El autor de Apocalipsis frecuentaba el templo y amaba su liturgia; cuando cerró sus ojos en Éfeso, pudo ver a los sacerdotes ocupándose de sus tareas asignadas al pie del gran altar de los sacrificios. Esa visión forma el trasfondo del poema entero.
Me asombra haber encontrado tan pocas discusiones sobre el ritual del templo, no sólo en relación con Apocalipsis, sino también en relación con el trasfondo palestino del Nuevo Testamento en general. El reciente avance en este estudio se ha ocupado de la literatura escatológica y la enseñanza oral de los rabinos; ha descuidado el templo, su sacerdocio, y el culto. Pero en el período del Nuevo Testamento el sistema del templo era central; después de su destrucción, los rabinos organizaron un nuevo judaísmo según los ilustrados rasgos farisaicos. Pero era una nueva religión, no la antigua. La antigua religión murió en el año 70 d. C., y dio a luz dos hijos; el mayor era el judaísmo moderno sin templo ni sacerdotes ni sacrificios; el menor era el cristianismo, que se enorgullecía de poseer a los tres.
Lo que enlaza a los hebreos con Apocalipsis es su insistencia sobre este hecho. El cristianismo es el verdadero heredero de la antigua fe. A él han sido transferidos el sacerdocio y el sacrificio.
El Nuevo Culto Universal
Cuando Juan se dispuso a la obra de publicar sus visiones veinte años después de la caída de Jerusalén, una de sus principales tareas fue proporcionar un esquema o modelo para el culto cristiano. No puede haber dudas de que Juan puso mano a esto consciente y deliberadamente; es más, tuvo éxito. La "Anáfora", como se conoce en el este la plegaria de consagración de la eucaristía, sigue el modelo que él trazó. El "canon" de la misa romana y la plegaria de consagración del Libro de Oraciones inglés lo hacen, aunque menos fielmente.
Parece razonable suponer que su obra litúrgica no fue hecha al azar o en un espíritu de teoría. Debe haber tenido alguna relación con la manera en que el culto cristiano tenía lugar en realidad en ese tiempo; la analogía indica que, si la parte más antigua del libro reflejaba el culto de la antigua religión que había fenecido, la parte más reciente reflejaría el de la nueva religión que había tomado su lugar. Ahora bien, los capítulos iniciales 4 y 5, aunque pertenecen al período posterior de la inspiración de Juan, sí parecen estar construidos sobre el fundamento de obra más anterior, en la cual parecen haberse efectuado los siguientes cambios: (1) un trono toma el lugar de un altar, y (2) se añaden veinticuatro ancianos sentados sobre tronos. (Véase Charles, ad. loc.) Pero estos cambios corresponden al cuadro de la congregación cristiana del período indicado en los escritos de San Ignacio (véase a Rawlinson en Foundations, sobre "Los Orígenes del Ministerio Cristiano"). El trono de Dios representa el asiento del obispo, y alrededor de él se agrupan los ancianos. Se ha escogido el número a causa de los veinticuatro niveles en que se dividía el sacerdocio hebreo (y hasta los levitas y el pueblo); podemos comparar la imagen del sumo sacerdote Simón en Eclesiástico I con su "guirnalda" de sacerdotes.
Por lo tanto, podemos sentirnos bastante confiados de que tenemos delante nuestro las disposiciones reales de la liturgia cristiana, que a su vez dependía de sus orígenes hebreos.
En el texto, he discutido los paralelismos entre los cuatro seres vivientes, las siete lámparas, el mar de vidrio, etc, y los querubines, el candelabro, y el lavacro del templo. En San Juan, todos ellos se aplican de variados modos al culto universal de toda la creación. Este culto universal encuentra expresión en el Sanctus (Santo, Santo, Santo), que también se usa en las plegarias matutinas de la sinagoga, donde es asociado con el pensamiento de la creación; en Apocalipsis, la alabanza de Dios por su creación es pronunciada por los ancianos, que se postran al sonido del Sanctus.
Este es el "primer movimiento" de la Anáfora, de la eucaristía cristiana, en la cual los hombres "se unen a los ángeles y a los arcángeles y a toda la compañía del cielo". La mayor parte de las liturgias griegas muestran trazas de los "Axios" o "Axiones" (dignos) de Apocalipsis; un paso más bien largo se refleja en la frase: "Es justo y correcto (justum et dignum) hacerlo así".
Luego, el Apocalipsis procede a mostrarnos al Cordero como había sido muerto para el sacrificio; y las liturgias cristianas le siguen, narrando la vida y la muerte de Cristo, conduciendo así a la consagración y a la ofrenda. Las palabras "de pie", que se aplican al Cordero, son una traducción de la palabra "tamid", el nombre técnico para el cordero que era ofrecido cada mañana en el templo como ofrenda encendida. Era la "ofrenda en pie".
Esto es seguido por la ofrenda de incienso, que representa la oración intercesora; y luego viene un cántico nuevo. El cántico nuevo se mencionaba también en un himno usado en el templo después de sacrificar el cordero y antes del incienso. Me referiré a él más adelante.
La liturgia termina con la alabanza a Dios y al Cordero, y el canto del Amén, que era característico de la eucaristía en este punto. Todas las liturgias siguen este bosquejo, y es desde este punto en adelante que varían. Las primeras dos partes del Te Deum siguen las mismas líneas de construcción.
Ahora nos volvemos al capítulo 7, versículos 9 al 17, un corto pasaje que es también obra del período más reciente, anticipando el fin del libro. Representa la adoración de los mártires en el cielo.
El pensamiento del martirio como sacrificio es tan antiguo como el período macabeo, y tiene tras de sí a Isaías 53. El hombre que da su vida por Dios o por su país es al mismo tiempo sacerdote y víctima; ofrece, pero a lo que ofrece es a sí mismo. En Apocalipsis, su sacerdocio depende del de Cristo.
En el capítulo 1, Cristo ha sido presentado como sacerdote y como rey. Lleva la larga túnica blanca y el cinturón en el pecho; está de pie "en medio de" las siete lámparas; es decir, está en el santuario donde está el candelero de los siete brazos, y vestido como sacerdote. Esta prenda sencilla de lino la llevaba el sumo sacerdote el día de expiación. Al final de Apocalipsis, la misma figura sale del santuario con la misma túnica manchada de sangre.
Los mártires también llevan túnicas blancas, que están conectadas con la de Cristo por la afirmación de que son lavadas en la sangre del cordero; el mismo carácter mixto de sacerdote y víctima pertenece tanto a los mártires como a su señor; pero sus muertes son elevadas al nivel de sacrificio por la asociación con la muerte de él.
Los mártires ofrecían sus cuerpos, y más que sus cuerpos: sus vidas, su valor, su resistencia paciente; este es el sacrificio vivo de Romanos 12, santo, agradable, vuestro racional culto. Dando a la palabra cuerpo este amplio sentido, podemos muy bien concordar en que las túnicas blancas significan todo lo que los mártires ofrecían a Dios, purificado ahora en la sangre del perfecto sacrificio.
Más adelante, las túnicas blancas son llamadas lino fino, que es material sacerdotal.
En el texto del libro, he comparado las palmas y el hosanna (salvación) con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, su salida hacia el sacrificio. Esto es sólo parte de una comparación más amplia. Ambas están conectadas con el ritual de la Fiesta de los Tabernáculos, que ocurría en el tiempo de la recolección, durante la vendimia y todas las otras cosechas. En este festival, los sacerdotes rodeaban el altar batiendo palmas y cantando hosanna; aquí los sacerdotes-mártires están en el santuario batiendo palmas y cantando hosanna alrededor del trono, que ha tomado el lugar del altar.
La idea de los tabernáculos es llevada más lejos, en la declaración de que Dios morará con ellos [como en un tabernáculo]; ellos mismos han de ser su tabernáculo, o su morada.
Nos volvemos al final del libro, a la cuarta y última sección, que trata del culto cristiano. En 21:3, se reanuda la última declaración. Por extraño que parezca, es una cita de Levítico, donde se da a entender que el Dios santo habitará en medio de un pueblo santo. Aquí, la cita es ampliada para significar que los hombres en general componen el santuario de Dios; su tabernáculo está con ellos. El sustantivo y verbo "habitar en un tabernáculo" están conectados con el hebreo Shekinah, la gloria visible de Dios que se dice llenaba el tabernáculo en el desierto y llenó el templo cuando Salomón lo consagró. Por lo tanto, Juan está anunciando que el antiguo santuario local ha desaparecido, y que de ahora en adelante la Presencia está con los hombres en general, y que Dios se está haciendo visible en y por medio de ellos.
La idea se desarrolla en el Epílogo, que comienza con el versículo 9. Se repite primero en el lenguaje del simbolismo. La santa ciudad tiene la gloria de Dios; su lustre es como el de la piedra de jaspe; en el capítulo 4, se dice que Dios es como la piedra de jaspe, de modo que todo esto sólo repite la afirmación anterior sobre el morar en tabernáculos. La presencia visible de Dios está en esta ciudad. Reemplaza al antiguo templo. La ciudad entera está llena de la Presencia, no sólo una parte sagrada de él. Hasta su fundamento es de jaspe - es decir, divino.
Las piedras preciosas incorporadas en sus muros significan las almas elegidas en las cuales mora Dios; siendo los doce fundamentos los apóstoles del cordero. El oro transparente y brillante de sus calles significa que el tabernáculo de Dios está construido de los puros de corazón; este simbolismo corresponde al de las túnicas blancas.
No había santuario en él; es decir, la Presencia no está localizada. No hay en él alternación de luz y oscuridad; no hay necesidad de calcular los soles y las lunas; vive en la luz perpetua de la Presencia. No es necesario encender ningún candelabro de siete brazos para que alumbre toda la noche; el Cordero es la lámpara.
La luz alumbrará al mundo por medio de las vidas de las almas elegidas en las cuales mora Dios. La comunidad de los electos está abierta de par en par; sus puertas nunca están cerradas. No hay distinciones nacionales. Los reyes de la tierra le traen su gloria; una referencia a los sacrificios ofrecidos por los emperadores romanos y otros en Jerusalén. El honor que le rindieron al santuario vendrá a esto. Gratis para todos serán las aguas y los frutos del paraíso espiritual.
Ningún sacerdocio hereditario y monopolista tendrá posesión exclusiva de este santuario, ni mediará entre Dios y su pueblo. Todos sus siervos permanecerán en su presencia, y cada uno de ellos será como el sumo sacerdote, y tendrá su nombre en su frente. Visión universal abierta: sacerdocio universal abierto.
Este epílogo forma un cuadro de la iglesia católica, en cada uno de cuyos puntos es contrastada con el antiguo templo judío, y aparece más glorioso porque cada parte de él está llena de la iluminación de la Presencia que había estado confinada al Lugar Santísimo. Juan evita deliberadamente todos los ornamentos del culto del templo - las túnicas blancas, los cinturones de oro, las arpas, el incienso, el altar; todos han desaparecido. Nótese también su forma cuadrada, sus puertas, y sus aguas vivas, todas las cuales son tomadas del templo de Ezequiel.
El Sacrificio en el Templo
Hemos recorrido las adiciones posteriores al poema de San Juan y visto cuán iluminador es someterles a prueba desde el punto de vista litúrgico; ahora nos volvemos a las visiones anteriores que son preservadas dentro de este andamiaje.
Los capítulos 1 a 5 son material nuevo que forma una introducción para este sistema más antiguo; y sin duda, se han de encontrar en ellos elementos más antiguos. Ya he señalado cómo debe verse el Sumo Sacerdote en la visión de Cristo en el capítulo 1, el santuario y sus ornamentos en el capítulo 4, y el cordero inmolado en el capítulo 5.
Ahora permítaseme delinear el procedimiento del sacrificio diario en el templo; puede dividirse como sigue:
1. Inmolación del cordero.
2. La preparación de las ofrendas.
3. Intervalo para la oración.
4. La ofrenda del incienso.
5. Se quema el incienso.
6. Salmos, etc. El "clamor".
7. Comer el sacrificio: si es una ofrenda por el pecado.
1. La inmolación del cordero.- Cuatro acontecimientos tenían lugar simultáneamente: la trompeta se hacía sonar tres veces, y se abrían las puertas del Naos y las puertas del santuario; en el mismo momento, el cordero era inmolado, y su sangre era asperjada contra el altar.
Por necesidad, Juan debe comenzar con el cordero inmolado, pues desea incorporarlo al esquema cristiano de culto que ha prefijado a sus anteriores series de visiones; el v. 6 es, por lo tanto, la culminación del uno y la apertura del otro. Vio un cordero de pie como inmolado. Ya he señalado que las palabras "de pie" son una traducción literal de Tamid, el nombre técnico del sacrificio matutino. Por lo tanto, el versículo debería traducirse: "Vi el cordero del Tamid como inmolado". La expresión recurre en el 14:1.
(Los veinticuatro ancianos cantan un "cántico nuevo", que ahora tienen arpas e incienso como sacerdotes; pero esto tiene que ver con el esquema cristiano, que se traslapa en este punto. El "cántico nuevo" en el templo vino un poco más tarde; y Juan lo ha diferido hasta el 14:3).
Saltándonos el episodio no litúrgico de los cuatro jinetes, llegamos a las almas bajo el altar (6:9). Inmediatamente después de que el cordero era inmolado, su sangre era rociada sobre el altar; en el pensamiento hebreo, hay una fuerte conexión entre la sangre y el alma, y las almas descritas aquí son las almas de los sacrificados. Ellos oran también pidiendo venganza de su sangre. Se piensa que la sangre es vertida en el suelo; se considera que el alma/la sangre sube a Jehová. El mismo pensamiento en definitiva subyace el sacrificio de sangre y la venganza de sangre. Vemos que ya las muertes de los muertos inocentes están asociadas con la muerte del Cordero; quizás se consideran purificados por su sangre, porque se les da una túnica blanca (véase más arriba).
Pasando sobre el sexto sello y el posterior pasaje litúrgico asociado con él, llegamos a las trompetas y la ofrenda del incienso (8:1). La ofrenda del incienso parece estar fuera de lugar, y por el momento la dejaremos de lado, notando, sin embargo, la preocupación de Juan por un ceremonial correcto y hermoso. Una de las bellezas del ceremonial es la acción simultánea diseñada para evitar demoras mientras se hacían los preparativos.
1. Se les dan siete trompetas a siete ángeles.
2. Se ofrece el incienso.
3. Se hacen sonar las trompetas.
La misma particularidad aparece en el caso de las siete fuentes (véase 15:1).
Regresemos al sacrificio del cordero. La señal para la inmolación del cordero era tres trompetazos; estos tres trompetazos eran también una señal para que se abrieran las puertas del templo y del santuario. Esto es lo que encontramos en Juan:
Siete trompetas (8:1-11:18).
Apertura del santuario de Dios en el cielo (11:19).
Por lo tanto, estamos justificados al arribar a la conclusión de Juan está siguiendo el ceremonial del templo, si bien de un modo aproximado. La semejanza es más exacta cuando recordamos que el Dr. Charles ha dado muy buenas razones para suponer que en Apocalipsis el número de trompetas era también originalmente tres. El argumento del ceremonial convierte la hipótesis del Dr. Charles en certeza. La serie de siete sellos y siete trompetas, como he observado en el texto, no es la clave de la construcción de Apocalipsis, sino que lo oscurece; fue introducida para atar juntas las visiones que no eran coherentes.
Al tratar con el Naos o santuario en el cielo, pisamos sobre terreno muy delicado. Dos cosas parecen claras. Una es que la "Presencia" o gloria divina ha abandonado a Jerusalén, de manera que ya no hay más Naos; la otra es que el Naos en el cielo es el número de creyentes electos en los cuales la Presencia ha de morar de aquí en adelante. Es universal, está en los "cielos", abierta para todos. Creo que las anteriores series de visiones habrían de terminar, o quizás terminaron, con el descenso de este templo no hecho de manos. Creo que se encuentran dos rastros de él: la promesa de 3:12: Yo le haré columna en el templo de mi Dios, y la declaración sobre los mártires triunfantes, 7:15: Le sirven día y noche en su templo.
Este pensamiento del nuevo templo del cielo fue reemplazado por algo mejor, la visión de la nueva ciudad que no tiene templo, y en la cual no hay ni día ni noche.
Ahora vemos por qué la muerte del cordero debía ocurrir primero. Fue la muerte de Cristo lo que abrió el camino. Cuando venciste el poder de la muerte, abriste el reino de los cielos para todos los creyentes. Comparando a Juan con el ritual del templo, tenemos:
Templo. Simultáneo.
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San Juan.
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Tres trompetas.
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Cordero inmolado.
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Cordero inmolado.
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Sangre en el altar.
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Sangre rociada sobre el altar.
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Tres trompetas.
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Puertas abiertas.
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Puertas abiertas.
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La Ofrenda del Incienso (Apoc. 8:3-5)
¿Por qué, entonces, está la ofrenda de incienso puesta en el lugar equivocado? Sobre este punto se pueden hacer una o dos sugerencias. La primera es un punto literario de alguna importancia. Juan está siguiendo varios complicados sistemas en este libro, y el orden lógico de uno a veces tiene que hacer lugar para otro. He mostrado cuán fielmente sigue el orden de Apocalipsis al libro de Ezequiel; ahora este pasaje está basado en una visión de Ezequiel que viene en este punto. Si Juan permanece fiel a Ezequiel, la visión del sellamiento debe seguir inmediatamente.
Además, había sólo un día en el año cuando la ofrenda del incienso ocurría más temprano; y este día era el día de expiación, el único día en que el sumo sacerdote debía oficiar en persona. Encontraremos otras razones para suponer que Juan tenía en mente el día de expiación. Ya hemos dado una. El sumo sacerdote (Cristo) se nos ha mostrado en el capítulo 1 llevando las vestiduras blancas, y el único día en que el sumo sacerdote se vestía de blanco era el día de expiación.
Si esta sugerencia es correcta, Juan no se ha limitado al ceremonial de un tipo de sacrificio solamente. Su ceremonial es combinado. Podemos notar que él no habría podido usar sólo el ceremonial del día de expiación, pues entonces habría tenido que simbolizar a Cristo por medio de un macho cabrío.
La ceremonia descrita por Juan parece estar basada en el ritual diario, pues es llevado a cabo por un ángel, no por Cristo el sumo sacerdote; pero posiblemente no hay que insistir en esta necesidad, pues el ángel simboliza todo el proceso de intercesión. La media hora de silencio que precedía a la ofrenda del incienso corresponde al silencio y la postración que seguían en el sistema del templo. Podemos observar que, en el ritual diario, al templo se entraba en este momento, y se limpiaba el altar del incienso; el templo celestial no necesitaría esto. Por otra parte, cuando llegamos al punto en que la ofrenda de incienso tenía lugar en el ritual diario, encontramos que Juan tiene un pasaje muy interesante que corresponde a él.
Para resumir. En este punto, Juan deseaba simbolizar las oraciones de los muertos inocentes que llegaban delante de Dios y eran contestadas. Por lo tanto, él mueve la ofrenda de incienso a este punto, como en el día de expiación. Así preserva su paralelismo con Ezequiel.
Sigue un largo pasaje no litúrgico. A las tres trompetas se las hace simbolizar la voz de la profecía en su denuncia del pecado. Alargadas a siete, recuerdan la caída de la ciudad de Jericó (8:6 a 9:21).
Luego viene la culminación y el cumplimiento del ministerio profético en el evangelio cristiano, en relación con el cual él relata su propio llamado, y su obra peculiar y distintiva que ha de profetizar contra Jerusalén. Jerusalén debe ser destruida; sólo el templo ha de ser preservado; y hemos visto que, por medio del templo, él quiere decir la comunidad de almas electas en las cuales está morando la Presencia de Dios. El verdadero Israel es ahora la iglesia cristiana (10:1 a 11:13).
Todo esto es concluido por la última trompeta y la apertura del templo celestial (11:14-19).
El gran interludio es también no litúrgico. Narra la aparición del Libertador, su victoria sobre Satanás, la persecución de sus seguidores en Jerusalén, y la aparición de la bestia (el sistema del dios-emperador romano) que persigue a sus seguidores más allá de sus fronteras (12 y 13).
2. La Preparación del Sacrificio.- Después de que el cordero era inmolado y su sangre había sido rociada sobre el altar, todavía quedaba mucho por hacer. El cordero tenía que ser despellejado y cortado en trozos; sus entrañas y sus patas eran lavadas en el lavacro; y se le ponía sobre la pendiente que conducía al altar. Entonces los sacerdotes iban a orar a la sala de las piedras pulimentadas.
El capítulo 14 comienza con el cordero de pie sobre el monte de Sión, o más bien el cordero del Tamid sobre el monte de Sión. Como el monte de Sión es el sitio del templo, no es necesario elaborar sobre el aspecto sacrificial de este versículo.
Con él están los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron "sellados"; éstos tienen el nombre de su padre escrito en sus frentes. Éstos son los mártires, que, junto con el cordero, forman el sacrificio. También son sacerdotes. El sumo sacerdote llevaba en la frente una placa de oro, el petalón, con el nombre sagrado de Jehová, Santidad a Jehová. En el versículo 4, son descritos como las "primicias", un término definitivamente sacrificial; y en el versículo 5, se dice que son "sin mancha"; un material perfecto para el sacrificio.
En el texto, he comentado la declaración del versículo 4 de que no se contaminaron con mujeres. En el sacrificio, los sacerdotes tenían que observar ciertos tabúes ceremoniales que les mantenían técnicamente "santos"; entre éstos estaban la abstinencia de relaciones sexuales con mujeres.
Luego sigue el cántico nuevo, cantado, no en el salón de las piedras pulimentadas, sino delante del trono; pero trataré de esto más adelante.
Después de los tres ayes, que no son litúrgicos, encontramos la venida de uno como hijo del hombre en una nube blanca, seguido por la cosecha y la vendimia de la tierra. Éstas son de un tono fuertemente litúrgico. Establezcámoslo litúrgicamente.
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.
Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.
La forma y el tono litúrgicos de esta sección son obvios, e invitan a un estudio más detenido del que pudimos darle en el texto del libro. Es un pasaje muy complicado.
1. Su referencia primaria es a Marcos 13:26, que habla: (a) del Hijo del Hombre que vieneen las nubes, (b) de que envía a sus ángeles a reunir a los escogidos para su reino, y (c) del sol que se oscurece, etc, con lo cual se quiere decir la caída de Jerusalén.
2. Tal como está el pasaje, el significado de una resurrección de los justos es imposible, aunque puede haber querido decir eso en la primera recensión del poema. Tal como está, significa la separación de los escogidos, y su huida de la condena de Jerusalén.
3. Hay una referencia al calendario judío y al sistema de festividades observadas en el templo: (a) La Pascua al comienzo del año, marcando el comienzo de la cosecha, y (b) Los Tabernáculos o la Recolección al final del año, marcados por la vendimia. Esta alusión relata la visión de nuestra suposición previa de que la primera recensión terminó con el simbolismo basado en los tabernáculos. 14:1 y ss. habrían seguido a esta visión.
4. la forma litúrgica sugiere que puede estar basada en el ritual de la recolección de la cosecha. Ahora bien, el corte de la primera gavilla era en sí mismo un ritual, conocido como primicias de los primeros frutos. Ocurría el 15 de Nisán, el día de "gran solemnidad" de Juan 19:31, y como se hacía de noche, era contemporáneo con la resurrección.
Nisán 14. Cordero inmolado.
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Crucifixión.
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Pascua comida.
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Sepultura.
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15. Solemnidad.
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Corte de las primicias.
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Resurrección.
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En el año de la crucifixión, dio la casualidad que el 15 de Nisán también cayó en sábado; pero, por supuesto, esto era coincidencia. He fechado la crucifixión, etc., como en el cuarto evangelio, que yo considero correcto; pero en todo caso las referencias en Apocalipsis son al relato de la crucifixión como se da en el evangelio.
5. En su relato del templo y sus servicios, Lightfoot da un bosquejo del ritual de la gavilla.
"Los que el Sanedrín enviaba por ella salían en la tarde del día santo (el primer día de la semana de la pascua); tomaban con ellos cestos y hoces, etc.; cuando estaba oscuro, uno les dcía a los demás: 'En este sábado, en este sábado, en este sábado; en este cesto, en este cesto, en este cesto. El rabino Eliécer, hijo de Sadoc, dijo: Con esta hoz, con esta hoz, con esta hoz. Cada persona tres veces. Y le contestaban: Bien, bien, bien; y él les indicaba que segaran".
A primera vista, esto quizás no sea un paralelo tan estrecho como uno habría deseado que fuera el pasaje que estamos comentando; pero hay puntos de semejanza: (a) Había un diálogo que tenía lugar al principio de la siega. (b) Menciona específicamente el tiempo: Este sábado=Ha llegado la hora. (c) Menciona específicamente la hoz. (d) Al segador se le ordena hacer su trabajo; pero las palabras de esta orden no se dan. Los dos diálogos son del mismo carácter, tienen el mismo propósito, involucran a oradores similares, y tienen puntos de semejanza; no podríamos esperar mucho más.
(La palabra sábado exige una nota. Creo que tengo razón al decir que el 15 de Nisán, aunque no es necesariamente un sábado, podría llamarse un sábado, porque en todo respecto era igual a un sábado y se observaba de la misma manera. Se excusaba la violación del sábado utilizado para cortar la primera gavilla).
6. Otro paralelo muy interesante lo proporciona la etapa que ahora hemos alcanzado en el Tamid, o sacrificio diario. A los trozos del cordero se le añadían (a) la ofrenda alimenticia de harina fina, y (b) la ofrenda diaria del sumo sacerdote, que consistía de pan y vino. Por supuesto, el Hijo de Dios es el sumo sacerdote cristiano; la siega del trigo y la vendimia proporcionan algún paralelo con el pan y el vino. La conexión, que parece más bien caprichosa, equivaldrá a una certeza si aceptamos la relación propuesta en el texto del libro entre el corte de la viña de la tierra y el asesinato del sumo sacerdote Ananías, pues esto proporciona un segundo punto de contacto con el pensamiento del sumo sacerdote.
Para un poeta del tipo de Juan, la idea de la ofrenda de pan y vino del sumo sacerdote demostraría ser base para un simbolismo rico y complejo. (a) Considerando la crucifixión, existe la idea del sumo sacerdote Jesús ofreciéndose a sí mismo en el Calvario, y antitéticamente, la idea de que su ofrenda era la obra de Caifás, el sumo sacerdote oficial; y enlazada con esto, la institución del sacramento del pan y del vino la noche antes de la crucifixión. (b) Tomando el asesinato de Ananías como punto de partida de la ruina de Jerusalén, existe la idea de un sumo sacerdote oficial que yace muerto, sacrificado, como lo describe Josefo, en los atrios del templo mismo; una venganza de sangre.
7. La imagen del lagar aclara el simbolismo de la venganza de sangre, y sugiere en seguida a los edomitas que asesinaron a Ananías.
Las palabras "fuera de la ciudad" son el eslabón con la crucifixión, y proporcionan un enlace con la ofrenda por el pecado cuando era ofrecida por el sumo sacerdote o por la nación entera, como en el caso especial del día de expiación; porque era entonces cuando el cuerpo de la víctima era llevado fuera de la ciudad para ser quemado. (Nota: El día de la expiación sigue a la festividad de la recolección).
Por lo tanto, los paralelismos en la segunda sección pueden resumirse como sigue:
Templo
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Juan
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Preparación del cordero.
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Trozos puestos sobre la pendiente del altar.
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El cordero del Tamid sobre el monte Sión.
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Ofrenda de alimentos.
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Ofrenda del sumo sacerdote.
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Aparición del Hijo del Hombre.
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Pan.
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Siega.
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Vino.
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Vendimia.
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Los paralelos que aparecen con el Cordero en Juan pueden tal vez compararse con las numerosas ofrendas voluntarias que acompañaban al Tamid.
3. Intervalo para oraciones, etc.- En este punto del ritual del templo, cuando todo estaba preparado para el sacrificio, los sacerdotes se retiraban al salón de las piedras pulimentadas para ofrecer oraciones, que incluían los Diez Mandamientos y el Shema. Entre ellos estaba "G'ullah", que incluye los siguientes versos en la forma que todavía se usa entre los judíos:
Verdadero y firme es que tú eres Jehová: nuestro Dios y el Dios de nuestros padres.
Tu nombre es desde la eternidad: y no hay Dios aparte de tí.
Los que fueron liberados cantaron un nuevo cántico: cantad a su nombre a la orilla del mar.
Juntos alabaron y te aclamaron como rey: y dijeron: Jehová reinará, porque ha redimido a Israel.
No nos sorprende, por lo tanto, encontrar a Juan introduciendo en este punto el cántico de Moisés, siervo de Dios y del Cordero. Es cantado por los mártires de pie al lado del mar de vidrio en el cielo, que ahora aparece como mezclado con fuego, una clara referencia al Mar Rojo de la liberación mosaica. El cántico de Juan se parece mucho al ceremonial del templo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Jehová Dios de los ejércitos.
Justos y verdaderos son tus caminos, oh rey del mundo.
¿Quién no te temerá, oh Jehová, y glorificará tu nombre?, pues sólo tú eres santo.
Porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de tí: porque tus justos actos se han mostrado.
Al "cántico nuevo" mencionado en el ritual del templo se ha aludido anteriormente en 14:3 por los que están de pie con el Cordero en el Monte Sión; pero este cántico sólo es conocido por los que lo cantan. Sin embargo, en este punto el cántico sirve para identificarles como sacerdotes y como víctimas.
Un "cántico nuevo" también les ha sido dado a los veinticuatro ancianos sacerdotales que dirigen el culto cristiano en el capítulo 5. Esto también sigue la revelación del cordero del Tamid como inmolado (5:9). "Digno eres de tomar el libro ... porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra".
Es imposible decir cuánto de esta salmodia está basada en el ritual del templo, o cuánto de ella ha influido en la liturgiología. ¿No es posible que el "verdadero y fiel" haya sugerido el "adecuado y correcto"?
Una forma del Verdadero y Fiel se usa todavía en las oraciones matutinas de las sinagogas.
4. La Ofrenda del Incienso.- La siguiente sección del ritual diario del templo era la ofrenda del incienso en el altar de oro dentro del Naos. Hemos observado que Juan ha puesto esta parte del ceremonial más anteriormente; pero eso le ha permitido poner algo mucho más significativo aquí.
Notemos primero que él ha dispuesto el ritual de las siete copas exactamente como ha dispuesto el ritual de las siete trompetas. Una comparación será suficiente para mostrar esto:
Las Trompetas
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Las Copas
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Se dan las trompetas
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Las copas están listas
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Se ofrece el incienso
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El cántico de Moisés y del Cordero
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Se hacen sonar las trompetas
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Aparecen los ángeles con las copas
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El humo de la gloria
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Las copas derramadas
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Se notará que, en el caso de las copas, a las cuales llegamos ahora, el ritual es más complicado, como lo amerita la mayor importancia del acontecimiento. Por supuesto, ellas son la verdadera respuesta a las oraciones ofrecidas con el incienso; las trompetas son advertencias.
El punto al que hemos llegado ahora era el más solemne en el ritual diario. El sacerdote con el incienso entraba con cuatro ayudantes, que preparaban todo y luego se retiraban; el sacerdote encargado del incienso, que ahora estaba solo en el Naos, arrojaba el incienso sobre los carbones, y el Naos se llenaba de humo. Luego venía el silencio solemne de la intercesión, postrándose el pueblo y los sacerdotes que estaban afuera. Este era el momento de las oraciones y de la respuesta a las oraciones. Lucas hace un relato de él en el primer capítulo de su evangelio.
En Juan leemos que el Naos se llenaba del humo de la gloria de Dios y de su poder. Como en la historia de la dedicación de Salomón, la Presencia "visible" de Dios aparece en el templo, las señales externas que correspondían a la columna de humo de día y la columna de fuego de noche en el templo. Tanto la gloria como el poder son palabras que no significan nada más en el hebreo rabínico excepto Dios mismo en su gloria y su poder. Después del incienso y las trompetas en el capítulo 8, leemos que el Naos apareció en el cielo con el arca, que era la señal externa del pacto de Dios; ahora el naos se llenaba con la shekinah.
Del mismo modo que en el caso anterior vimos algún paralelismo con el ceremonial del día de expiación, lo mismo se encuentra aquí: Nadie podía entrar en el Naos hasta que las siete plagas de los siete ángeles estuviesen concluidas. En el día de expiación, una vez que el sumo sacerdote había entrado al Naos, nadie podía entrar en él hasta que hubiese terminado su obra. Pero en las ceremonias de Juan todavía no hay señal del sumo sacerdote. Todo se le confía a los ángeles; y el esplendor de su venida se tarda.
El Derramamiento de Sangre
Ahora llegamos a otro punto en el cual Juan abandona el orden del Tamid, que en este punto no tiene derramamiento de sangre; se ha hecho al comienzo. Hay varias razones para esto.
Juan va a tener dos derramamientos de sangre, porque está usando el simbolismo de la venganza de sangre; se ha derramado sangre, y más sangre debe vengarla.
Era en este punto en el día de expiación que el sumo sacerdote salía, después de purificar el Naos y el Lugar Santísimo, para rociar la sangre sobre los cuernos del altar y purificarlo, siguiendo la costumbre de todas las ofrendas por el pecado.
La ofrenda del día de expiación era una versión especial de la ofrenda por el pecado, una ofrenda por el pecado por el sumo sacerdote y la nación entera; en tales casos se daban instrucciones para que los despojos se llevaran y se quemaran "fuera del campamento" - es decir, en tiempos históricos, "fuera de la ciudad". He señalado cómo nuestro autor y el autor de la Epístola a los Hebreos han destacado la semejanza entre esta costumbre y la crucifixión de nuestro Señor "fuera de la ciudad".
En la ofrenda por el pecado, todo el resto de la sangre era derramado al pie del altar; y esta ceremonia ha proporcionado la base para lo que sigue en Apocalipsis. En el día de expiación, el sumo sacerdote entraba al Lugar Santo y rociaba sangre siete veces hacia el velo; luego salía con la reconciliación y la expiación para el pueblo. Nada de esto ocurre en Apocalipsis, porque no hay reconciliación. No aparece ningún sumo sacerdote. Sólo una "gran voz" desde dentro del Naos dirige a los siete ángeles para que derramen sus copas, y los siete ángeles en "piedra blanca" y cinturones de oro salen con las siete libaciones para vertirlas sobre la tierra. Debe suponerse que, en el pensamiento de Juan, la tierra que se ha empapado en la sangre de Jesús y de sus mártires es un gran altar de ofrendas quemadas y de sangre.
Es una reversión de todos los valores y expectativas. No hay expiación, ni reconciliación; lo que debe seguir es rechazo, retribución, y destrucción.
El simbolismo de la venganza de sangre se repite durante las siete copas. Bajo la segunda, el mar se convierte en algo como la sangre de un cadáver. Bajo la tercera, los ríos se convierten en sangre, y siguen un versículo y una respuesta:
Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.
En el texto del libro, he señalado que altar aquí significa los mártires, o su sangre derramada sobre la tierra.
Cuando la séptima copa es derramada en el aire, salió una gran voz del Naos y del trono, diciendo, CONSUMADO ES ... y Babilonia la grande fue recordada delante de Dios para darle a beber de la copa del vino de su ira. Aquí también el tono litúrgico no puede ser pasado por alto. "Recordado delante de Dios" es una frase devocional; y volveremos a la copa.
5. Las Ofrendas Quemadas.- La siguiente etapa en el ritual diario era quemar todas las ofrendas, excepto las libaciones, que eran vertidas al pie del altar.
Babilonia es sacerdote y víctima. Su lino fino es sacerdotal. Su púrpura y su oro y su escarlata y su azul son sacerdotales. El lino fino recuerda las piedras del templo que resplandecían como la nieve. Babilonia está "cubierta de oro", como el templo. En frente de la puerta del Naos un "tapiz babilónico en el cual el azul, el púrpura, el escarlata, y el lino estaban mezclados con tal destreza que uno no podía mirarlo sin admirarlo", como nos cuenta Josefo.
Todas las mercaderías de 18:11, que los críticos dicen nunca podrían haber llegado a un pueblo pequeño como Jerusalén, habrían sido usadas para construir y amoblar el templo; el transporte de estas cosas debe haber ocupado muchos barcos. Y nótese la ironía al final, caballos y carruajes y esclavos, sí, y almas.
La conjunción del desierto y el escarlata en 17:3 sugiere el macho cabrío.
Sus antiguos amantes han de dejarla desolada y desnuda, y devorarán su carne, y la quemarán con fuego, y la única excusa para este horrible simbolismo es que se ha tomado de la ofrenda por el pecado.
Un versículo de ironía maestra se encuentra en 18:5: Sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. En hebreo, hattah significa tanto pecado como ofrenda por el pecado; no es sino hasta la última palabra del renglón, cuando leemos la palabra maldades, que se hace evidente su significado: pecados.
Babilonia, la falsamente sacerdotal, es ella misma la ofrenda encendida. Es otra reversión de las expectativas. En el fuego será quemada, cuando vean el humo de su incendio; y finalmente, cuando suba el grito de triunfo, Aleluya; porque su humo sube por siempre y siempre. Ella se convierte en una ofrenda encendida continua. (Comp. Lev. 6:13).
Ni es ése el fin. Falta una ceremonia. La copa de vino del sumo sacerdote, la libación, debe ser vertida. Esto tampoco ha sido olvidado, sino que ha sido convertido en una comunión. Dadle a beber de la copa del vino de su ira porque ella está ebria con la sangre de los mártires de Jesús. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras. Así termina la venganza de sangre. En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los fueron muertos como sacrificio sobre la tierra (18 y 19).
6. Los Salmos.- Después de que la libación fue vertida, vinieron los salmos; hubo un grito; hubo trompetazos; hubo postración y silencio; por primera vez, hubo música instrumental. Todo esto está reflejado en el coro del Aleluya que se eleva después de la caída de Babilonia. No es necesario que el detalle de él nos detenga aquí, a no ser porque los aleluyas recuerdan los últimos salmos del libro; y que cada coro comienza con Aleluya, aunque en un caso ha sido traducido en "Alabanza a nuestro Dios" (19:1-10).
7. La Fiesta Por el Sacrificio.- Después de las ofrendas por el pecado, el sacerdote comía parte del sacrificio. Dos fiestas siguen a la salmodia aquí, una para los amigos de Dios, y una para sus enemigos. La primera es la fiesta de bodas del cordero, con su obvia referencia a la eucaristía (19:9) . La otra es la invitación a las aves del cielo para saciarse de la carne de los que caen en las guerras del Mesías (19:17).
La parte hebrea del libro tiene dos puntos litúrgicos adicionales antes de terminar: (1) La Salida del Gran Sumo Sacerdote (19:11), en el cual el simbolismo litúrgico ya ha desaparecido; él sale del cielo, no del Naos. El Naos en el cielo parece desvanecerse con el templo terrenal. He discutido el simbolismo de este pasaje; pero vale la pena notar nuevamente el lino fino y las vestiduras sacerdotales salpicadas de sangre. Un detalle es el nombre escrito sobre el muslo; en el texto he dado una explicación, que creo que es el central. Pero vale la pena notar que el muslo lleva aparejada la santidad sacerdotal; era parte de la ofrenda por el pecado que le tocaba al sacerdote. He visto dibujos judíos medievales con una letra grabada sobre el muslo. Pero no conozco la explicación. (2) El Nuevo Naos (2:13). Aquí también ha desaparecido el simbolismo litúrgico, aunque la descripción del nuevo orden que reemplaza a la antigua Jerusalén está tomada de Levítico: "He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Él será su Dios".
Se usa la palabra tabernáculo, pero hay sólo un fantasma del antiguo simbolismo sacerdotal. El nuevo santuario es universal, humano, católico, no nacional, ni local. Continúa describiéndolo más plenamente en el capítulo 22; pero eso pertenece a la última parte del libro, que trata del culto cristiano.
He tratado con bastante abundancia en este apéndice con el antecedente litúrgico del libro, porque parece haber sido descuidado y sin embargo parece ser muy importante. Arroja gran luz sobre el tono y los motivos del libro. Refuerza el punto de vista de que Babilonia es la Jerusalén sacerdotal. Puede que arroje alguna luz sobre el desarrollo del culto cristiano, y hasta sobre el culto en el templo.
No puedo pretender haber hecho más que abrir trocha a través del denso bosque de oscuridades; y lo que he revelado, no profeso entenderlo. Hasta que conozcamos lo que sentía un judío cuando veía la sangre siendo rociada sobre el altar, o el fuego consumiendo el cordero del Tamid, difícilmente podemos esperar entrar en las complejidades de la poesía litúrgica de Juan.
LA ESTRUCTURA LITÚRGICA DE APOCALIPSIS
A. EL SACRIFICIO HEBREO
Apocalipsis
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Los Sacrificios en Jerusalén
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1-3 Introductorio.
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El Sumo Sacerdote
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4 Culto Cristiano A. El Creador.
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Los Ornamentos del Templo.
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5 Culto Cristiano B. El Cordero
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1. El cordero inmolado al amanecer.
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6 (Los Cuatro Jinetes).
Las almas bajo el altar.
(El sexto sello).
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La sangre rociada sobre el altar.
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7. Culto Cristiano C. Los mártires.
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La Fiesta de los Tabernáculos.
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8. Las Trompetas.
Ofrenda del incienso. Esto no ocurre en este punto en el ritual diario, pero sí en el Día de Expiación. Véase más abajo. En el ritual del templo, el silencio sigue después de haber quemado el incienso.
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Tres Trompetas.
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9 (Las trompetas, que eran tres originalmente, simbolizan el mensaje profético).
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11 (El llamado de Juan, y su testimonio contra Jerusalén).
La apertura del santuario en el cielo.
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Se abren las puertas del templo y del santuario.
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12 y 13 (El gran interludio).
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14 El cordero y sus seguidores sobre el monte Sión.
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2. Preparación del sacrificio.
El cordero es desollado, descuartizado, lavado, puesto al lado del altar.
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Primicias. Sin mácula.
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La siega (Pascua).
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La ofrenda de alimentos. El pan.
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La vendimia (recolección).
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La libación. El vino.
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15 Cántico de Moisés y del Cordero.
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Pausa para la oración y la alabanza.
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Se abre el santuario.
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3. Ofrenda de incienso.
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El humo de la gloria.
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Silencio.
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Nadie puede entrar al santuario.
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Intercesión.
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Juan ha situado el simbolismo del incienso antes, aunque el humo lo recuerda aquí. En el día de expiación, nadie podía entrar al santuario sino hasta que el sumo sacerdote hubiese concluído su obra allí.
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16. Las siete copas
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El derramamiento de sangre. En el ritual diario, esto se hace al principio, pero el día de expiación, el sumo sacerdote rociaba sangre sobre el propiciatorio y el altar en este punto.
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17, 18 Babilonia quemada. Su copa.
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4. La víctima es quemada.La copa es derramada.
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17:16 se refiere al ritual de la ofrenda por el pecado;
17: 2, 3 recuerda al macho cabrío.
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19 El coro del Aleluya.
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5. Los salmos.
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La cena de bodas del Cordero.
El Sumo Sacerdote sale del cielo (comp. Ecclus.50).
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La gran cena de Dios.
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6. La fiesta del sacrificio.
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20 (las guerras del Mesías y los juicios).
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21, 22 El tabernáculo de Dios con los hombres (comp. Lev. 26:11-12).
El culto cristiano D. El culto universal de la humanidad.
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Nota: Este cuadro muestra cómo la estructura de la parte antigua de Apocalipsis sigue los acontecimientos del sacrificio diario, con las variantes sugeridas por el ritual del Día de Expiación.
B. CULTO CRISTIANO
1. ESQUEMA PARA EL CULTO DE SACRIFICIO CRISTIANO.
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A. El culto del Creador
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4.1 "Sube acá".
En espíritu, en el cielo.
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Alzad vuestros corazones.
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4-6 El trono, los ancianos, las lámparas, y los seres vivientes.
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El "prefacio": Con los ángeles y los arcángeles.
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8 Santo, Santo, Santo.
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El Sanctus.
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10 Los ancianos se unen: Digno eres, etc.
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Concepto de comunión con el cielo.
Es justo y correcto.
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B. La adoración del Cordero.
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5:6 El cordero sacrificado.
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Recital de la vida y la muerte redentoras.
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8 Adoración del cordero.
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14. Amén.
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Amén.
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2. EL CULTO DE LOS SANTOS TRIUNFANTES
Esta es una anticipación literaria de la visión con la cual Juan cierra su poema; simboliza su fe en que los mártires son triunfantes y anticipan las bendiciones preparadas para todos.
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C. Los mártires en su culto.
Nótese que no están incluidos ni bajo A ni bajo B.
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7:9 Vestiduras y Palmas,
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10 Hosanna.
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Hosanna.
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15 Adoradle día y noche en su santuario.
Dios "morará con ellos", como en un tabernáculo.
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Tomado prestado del ritual de la Fiesta de los Tabernáculos.
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3. EL CULTO UNIVERSAL IDEAL
Aquí Juan bosqueja un culto libre de las limitaciones de tiempo y espacio o las de una religión y un sacerdocio hereditario. El simbolismo del culto litúrgico judío se excluye deliberadamente.
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D. El Culto Universal de la Humanidad.
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21:3 El morar con los hombres como en un tabernáculo.
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No un templo hecho de manos.
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10 La gloria de Dios.
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Su presencia "visible".
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22 Ningún santuario en él.
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No es local.
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23 Su candelabro el Cordero.
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Candelabro de siete brazos.
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24 Los reyes de la tierra.
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Sacrificios reales de reyes gentiles en Jerusalén.
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25. No hay noche.
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Libre de tiempos y sazones.
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22:4 Adoradle: ved su rostro.
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Presencia universal abierta.
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El nombre en la frente.
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Petalón del sumo sacerdote: todos son sacerdotes.
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Nota: En A y B, Juan conscientemente está construyendo un modelo de culto cristiano, un modelo que fue seguido por todas y cada una de las liturgias eucarísticas de la Iglesia Católica. Está basado en el ritual hebreo, y sin duda refleja las costumbres de los días de Juan.
Apéndice B
EL SIONISMO CRISTIANO
Y EL JUDAÍSMO MESIÁNICO
JAMES B. JORDAN
Uno de los aspectos más grotescos de la sociología del moderno protestantismo norteamericano es el fenómeno del sionismo cristiano. Aunque relacionado con la teología del dispensacionalismo, el sionismo cristiano es realmente algo completamente diferente teológicamente. El propósito de este ensayo es explorar este movimiento, y en particular señalar su base teórica, que es gravemente herética. Para facilitar la discusión, interactuaremos con las creencias expresas de un sionista cristiano, Jerry Falwell. Cerramos con un breve nota sobre el judaísmo mesiánico.
El Sionismo
El sionismo es un movimiento político construido sobre la creencia de que el pueblo judío merece por derecho poseer, como suya propia, la tierra de Palestina. Durante la última parte del siglo 19 y la primera del siglo 20, el sionismo obtuvo apoyo a través del occidente cristiano. Esto se debió a dos factores: la influencia que la riqueza judía podía comprar entre los políticos, y el apoyo emocional que la historia de la tribulación judía podía provocar en una conciencia pública cristianizada.1
Con este apoyo, los guerrilleros sionistas tuvieron éxito en hacer estragos en Palestina a finales de la década de 1940, y finalmente ocuparon ese territorio. El resultado fue que el pueblo que históricamente había habitado allí fue privado de la ciudadanía. Los musulmanes palestinos fueron formalmente privados de la ciudadanía, y los judíos palestinos fueron efectivamente privados de la ciudadanía, como resultado de haber sido inundados por un número mucho mayor de judíos europeos que emigraron al nuevo Estado de Israel.
Es importante tener en cuenta que los judíos más conservadores eran anti-sionistas, los cuales creían que Palestina no debía convertirse en territorio judío sino hasta la llegada del Mesías. (Este punto de vista fue dramatizado en el reciente y edificante film The Chosen [Los Escogidos]). Gran parte de las más severas críticas contra el movimiento sionista político procedió de los judíos anti-sionistas, siendo el más notable Alfred M. Lilienthal. 2
En la derecha abunda la crítica espuria contra el sionismo. Yo no deseo ser asociado con estos críticos, así que desde el comienzo quiero examinarlos antes de ocuparme de la herejía del sionismo cristiano. Antes que todo, hemos oído decir a algunas fuentes derechistas que es un mito que 6.000.000 de judíos hayan sido masacrados por los nacionalsocialistas. Se arguye que no había tantos judíos en Europa, que sería logísticamente imposible deshacerse de tanta gente, dados el tiempo y las instalaciones que los nazis tenían, y así sucesivamente. Esto puede ser cierto; no tengo absolutamente ninguna manera de saberlo. Sin embargo, el argumento parece ser que prácticamente ningún judío fue masacrado por los nazis, y esto es una tontería. Aunque el número sea de 600.000 en vez de seis millones, el suceso es todavía un horror moral de asombrosa magnitud. Aunque un solo hombre fuera muerto simplemente por ser judío, esto sería un horror moral. Y no puede haber ninguna duda de que muchos, muchos judíos fueron masacrados.
Por supuesto, en algunos círculos judíos se ha construido una teología blasfema sobre esto, la idea de que las persecuciones nazis cumplen la profecía de Isaías 53, y que los judíos sufrieron por los pecados del mundo. Como cristianos, sólo podemos abominar de tal concepto, y debemos llamarlo por lo que es: una mentira satánica. Con todo, no es necesario negar el suceso mismo para argüir contra una malvada construcción teológica aplicada al suceso.
Más común, quizás, es la afirmación de que la mayoría de los judíos modernos no son judíos en absoluto: Son khazars. 3 La raza khazari parece hallarse entre los judíos ashkenazik de Europa oriental. Por supuesto, esta clase de afirmaciones puede debatirse. El verdadero problema en la discusión es la idea de que ser judío es un fenómeno de sangre o racial. No lo es.
Hablando bíblicamente, un judío es alguien que ha entrado al pacto, junto con el pueblo judío, por medio de la circuncisión, para bien o para mal. Cuando a Abraham se le ordenó circuncidarse, se le dijo que circuncidara toda su casa, incluyendo a sus 318 hombres de armas y a sus otros sirvientes domésticos (Gén. 14:14; 17:10-14). Los competentes eruditos imaginan que la casa del Sheik Abraham probablemente incluía por lo menos 3000 personas. Estos siervos se multiplicaron con el correr de los años, y Jacob los heredó a todos (Gén. 27:37). Aunque sólo 70 personas salidas de los lomos de Jacob bajaron a Egipto, tantos siervos bajaron también que a todos ellos hubo que darles el territorio entero de Gosén para que vivieran.
Todas estas personas eran judías, pero sólo una pequeña fracción tenía realmente algo de la sangre de Abraham. Más adelante, vemos a mucha otra gente uniéndose a los judíos; en realidad, las listas de los hombres de David incluyen a muchos extranjeros, de los cuales Urías el heteo no es sino el más conocido. Lo que esto demuestra es que el pacto, no la raza, ha sido siempre la marca que define a un judío (como también sucede con un cristiano). Por supuesto, se mantenían registros genealógicos de la familia inmediata, puesto que el Mesías tenía que ser del linaje real de Abraham, y más tarde del de David; pero esto no podía aplicarse más que a una fracción del número total de personas.
Por eso, los judíos son los que afirman serlo, los que están en el pacto junto con los judíos. Los khazari se convirtieron al judaísmo en la Edad Media, y son judíos, a pesar de las tonterías que digan los derechistas británico-israelíes. 4 (Por supuesto, los modernos sionistas no entienden este principio religioso más de lo que lo entienden sus críticos británico-israelíes. Ambos conciben todo en términos de sangre y raza).
Así que, entonces, ¿es espurio criticar al sionismo sobre la base de que "los judíos no sufrieron en realidad durante la Segunda Guerra Mundial", o que "¿Quién sabe quiénes son los verdaderos judíos?" Es bastante obvio quiénes son los judíos, y como siempre, ellos son una fuerza con la cual hay que contar.
La tercera línea de críticas contra el sionismo concierne a a si su invasión y conquista de Palestina es correcta o incorrecta. Podemos oír argumentos en el sentido de que los judíos robaron el territorio a sus habitantes, que han perseguido a los palestinos, que cometieron horrores durante su campaña de guerrillas, y así sucesivamente. Luego podemos oír argumentos diciendo que en Palestina, los judíos fueron maltratados bajo el régimen musulmán, que los palestinos están mejor hoy día bajo un gobierno judío civilizado que antes, que los judíos han ejercido dominio sobre el territorio y los musulmanes no, renunciando de esa manera a su derecho a ella, y cosas semejantes.
En realidad, nada de esto nos atañe directamente a nosotros como cristianos. Como cristianos, vemos tanto a judíos como a musulmanes como grupos que han rechazado a Cristo como el Mesías, y se han opuesto a la fe verdadera. Si quieren convertirse, nos regocijamos. Si quieren matarse entre sí, entonces qué lástima, pero que se maten - no hay nada que nosotros podamos hacer.
Pero entonces, eso nos trae al punto en discusión: ¿Se supone que cristianos creyentes en la Biblia apoyen un estado judío por razones teológicas? Tal es lo que afirman Jerry Falwell, y la herejía del sionismo cristiano. Examinemos esta doctrina.
Dispensacionalismo Ortodoxo
Versus Sionismo Cristiano
Durante el siglo diecinueve, surgió un peculiar concepto doctrinal conocido como "dispensacionalismo". Sus principales exponentes fueron Darby y Scofield; su Biblia era la Scofield Reference Bible; y en años recientes, su oficina principal ha sido el Seminario Teológico de Dallas. Técnicamente, el dispensacionalismo enseña que Dios tiene dos pueblos en la historia del mundo: Israel y la "Iglesia". En la actualidad, vivimos en la "Era de la Iglesia", y el pueblo de Dios hoy día son los cristianos, la Iglesia. En la actualidad, los judíos son enemigos apóstatas de Dios y de Cristo, y están bajo el juicio de Dios hasta que se arrepientan.
Algún día, pronto (¡siempre es pronto!), Cristo regresará a la tierra invisiblemente y arrebatará a toda la iglesia, los cristianos (a esto se le llama el "Rapto" de los santos). En ese punto, Dios volverá a tratar con Israel. Habrá un período de siete años llamado "la tribulación", y durante ese período, los judíos apóstatas formarán una alianza contra Dios en unión de la bestia, pero Dios comenzará a convertir a los judíos, y a su tiempo la bestia se revolverá y comenzará a perseguir a estos judíos convertidos. Justo cuando las cosas parecen desesperadas, Cristo regresará e inaugurará el milenio.
Hay que notar otro punto: No hay absolutamente ninguna señal de que el rapto de la iglesia esté cercano. Vendrá "como ladrón en la noche".
Ahora, todo este esquema, aunque popular en años recientes, no tiene raíces en la interpretación cristiana histórica de las Escrituras, y en la actualidad se está derrumbando bajo el peso de la crítica de eruditos creyentes en la Biblia y de una persuasión más históricamente ortodoxa. Con todo, hay varias cosas que deben notarse.
Primera, al enseñar que no hay señales que preceden al Rapto, el dispensacionalismo da a entender claramente que el moderno estado de Israel no tiene nada que ver con la profecía bíblica. Si Israel se derrumbara mañana, no habría ninguna diferencia. La existencia del estado de Israel, aunque puede que estimule a los dispensacionalistas para que crean que el Rapto está cercano, no tiene ninguna importancia teológicamente profética.
Segunda, el dispensacionalismo enseña que los judíos de hoy, y hasta durante el período de la tribulación, son apóstatas, y esto ciertamente da a entender que están bajo la ira y el juicio de Dios. Los cristianos deberían ministrarles, y tratar de convertirlos, y mostrarles toda suerte de bondades como a seres humanos; pero los cristianos deberían entender que, durante la Era de la Iglesia, los judíos no son el pueblo de Dios. Más bien, la Iglesia es el pueblo de Dios hoy día.
Tercera, al enseñar que los israelitas fueron "hechos a un lado" durante la Era de la Iglesia, el dispensacionalismo da a entender claramente que las promesas hechas a Israel también fueron "hechas a un lado" durante ese período. La promesa del territorio, y la promesa: "a los que te bendijeren, bendeciré", han sido hechas a un lado, hasta que volvamos a entrar a la "era profética". En consecuencia, los judíos no tienen ningún derecho al territorio durante la Era de la Iglesia, y tampoco hay ninguna bendición particular para los gentiles que traten a los judíos con especial favor.
Cuarta, los teólogos dispensacionalistas son sumamente estrictos sobre el punto de que la Iglesia es un "nuevo pueblo", compuesto como un sólo cuerpo en Cristo, tanto de judíos como de gentiles. Durante la Era de la Iglesia, la distinción entre estos dos no debe sentirse en la Iglesia. De este modo, la teología dispensacional, por implicación, se opone a la clase de punto de vista expresado en muchos grupos de "judíos mesiánicos".
Lo que estoy estableciendo es dispensacionalismo corriente, consistente. Por lo que a mí concierne, el dispensacionalismo está gravemente equivocado en su punto de vista profético, pero por lo menos es ortodoxo en su punto de vista sobre la salvación y las bendiciones. La bendición vendrá a los judíos cuando se arrepientan y acepten a Cristo; hasta entonces, están bajo la maldición de Dios. ¿Cómo puede ser de otra manera? Todas las bendiciones son en Cristo. Esta es la enseñanza del cristianismo ortodoxo, y Darby y los primeros dispensacionalistas eran cristianos ortodoxos hasta este punto, hasta donde yo sé.
Jerry Falwell y el Sionismo Cristiano
Mi descripción del dispensacionalismo puede parecer más bien extraña, porque ésta no es la enseñanza de Hal Lindsey, del moderno Seminario Teológico de Dallas, o de otros modernos dispensacionalistas. Yo llamo a esta gente "pop-dispies", para abreviar. En contraste con el sistema dispensacional, esta gente sostiene que Dios actualmente tiene dos pueblos en la tierra: la Iglesia e Israel. El sistema dispensacional consistente enseña que no hay ninguna profecía cuyo cumplimiento tenga lugar durante la Era de la Iglesia, porque la Iglesia existe fuera del tiempo profético, pero los modernos pop-dispies enseñan que el re-establecimiento de la nación de Israel en 1948 era el cumplimiento de la profecía.
El dispensacionalismo consistente enseña que Dios está tratando con su pueblo "celestial" hoy día (la Iglesia), y que, durante la Era de la Iglesia, Dios ha "hecho a un lado" a su pueblo "terrenal" apóstata (Israel). Por el contrario, los pop-dispies sostienen que, aunque apóstata, Israel todavía debe ser considerado como bajo la bendición actual de Dios. Sostienen el concepto herético de que los judíos no necesitan arrepentirse para obtener las bendiciones del pacto de Dios. Sostienen el concepto no bíblico de que el judaísmo apóstata no está hoy bajo la ira de Dios.
Un partidario bien conocido de esta desafortunada posición es el Rev. Jerry Falwell. Un moderno sionista, Merrill Simon, ha reconocido este hecho, y ha escrito un libro, Jerry Falwell and the Jews [Jerry Falwell y los Judíos]. 5 Este libro es una serie de entrevistas con el Rev. Falwell, diseñadas para presentarle como amigo del sionismo, y aligerar las sospechas que los judíos sionistas liberales tienen naturalmente cuando se trata de un predicador cristiano supuestamente ortodoxo, fundamentalista.
Me gustaría presentar algunas citas de su libro y hacer algunos comentarios apropiados. Sin embargo, el libro dice: "Ninguna parte de este libro puede ser reproducida en manera alguna sin previo consentimiento escrito de los editores", algo como que limita mi estilo. Usted tendrá que creerme cuando resumo los comentarios de Falwell. Siempre puede acudir a su biblioteca local y leer el libro usted mismo.
En la página 13, se le pregunta a Falwell si él considera la destrucción de Jerusalén en el año 70 d. C. como una señal de que Dios había rechazado a Israel. Falwell contesta diciendo que él ciertamente no cree que un Dios "vengativo" trajo el ejército romano a Jerusalén para que destruyera a los judíos. Falwell atribuye el acontecimiento más bien al anti-semitismo.
Ahora escuchemos lo que la Biblia dice sobre esto. No necesitamos citar por completo a Levítico 26 y Deuteronomio 28. Léalos con calma y pregúntese: ¿Vemos aquí a un Dios airado, "vengativo", que amenaza traer horrores sobre Israel si apostata? Lea también Salmos 69:21 y pregúntese a Quién se refiere; luego siga leyendo hasta el final del salmo, recordando que los romanos rodearon a Jerusalén en el tiempo de la Pascua. Nótese que Salmos 69:25 habla de la "desolación" de Jerusalén, y considere esto en relación con el pronunciamiento de Jesús sobre la desolación de Jerusalén en Mateo 23:38. Falwell está completamente en desacuerdo con la Escritura en este punto.
En la página 25, Falwell dice que él cree que el anti-semitismo está inspirado exclusivamente por Satanás, como parte de su oposición a Dios. Contra esto, léanse los capítulos 1 y 2 de Job. Aquí encontramos que a Satanás nunca se le permite hacer nada sin permiso de Dios. Además, encontramos en el resto de la Biblia que Dios con frecuencia suscita enemigos como látigos contra su pueblo para castigarles. Léase el libro de Jueces. Léanse Reyes y Crónicas sobre Asiria y Babilonia. Léase Habacuc. Este no es algún punto de menor importancia escondido en algún pasaje oscuro. Más bien, esta verdad se encuentra por todas partes en la Escritura.
Es cierto que los sentimientos anti-judíos no son parte del mensaje cristiano, y que los cristianos deberían ser tan considerados hacia los judíos como lo son hacia todos los otros seres humanos. Sin embargo, también es cierto que es Dios quien excita a los babilonios y a los asirios. Hasta que los judíos se arrepientan y se conviertan (como Romanos 11 promete que lo harán algún día), continuarán siendo enemigos de Dios, y Dios no incita a los paganos contra ellos. El anti-judaísmo ha sido parte del humanismo secular desde los tiempos de Federico II, durante el Renacimiento, y hasta nuestros días. La Iglesia cristiana protegió a los judíos durante la Edad Media, y ha continuado haciéndolo. 6
En la página 55, Falwell dice que los judíos y los cristianos pueden diferir en cuanto a algunos puntos, pero tienen una herencia común en el Antiguo Testamento. ¿Estaría Falwell dispuesto a decir lo mismo a un musulmán? En todo caso, la afirmación es incorrecta. El judaísmo mira hacia el Talmud, no hacia la Biblia, como su ley. Creer que los cristianos pueden apelar al Antiguo Testamento como fundamento común revela una extrema ignorancia del judaísmo, medieval o moderno. El judaísmo nunca se aproxima a la Biblia, excepto por medio del Talmud.
La Biblia nos enseña que, cuando Adán y Eva se rebelaron, perdieron el derecho al Edén, y Dios les expulsó. Dios usó el mismo principio con Israel, dándoles la tierra, pero advirtiéndoles una y otra vez que, si se rebelaban, serían expulsados. Escapa a mi comprensión entender cómo puede Falwell leer las Escrituras del Antiguo Testamento y dejar de ver esto. Los modernos judíos apóstatas no tienen absolutamente ningún derecho teológico, y por lo tanto, ningún derecho histórico ni legal, al territorio de Palestina.
La iglesia de todas las épocas siempre ha enseñado que, en el Nuevo Testamento, el equivalente de "tierra" es el mundo entero, en Cristo, y finalmente la tierra nueva. Al pueblo de Dios, a los que confiesan a Cristo, se les da la tierra entera en principio, y gradualmente la dominarán con el correr del tiempo. ¡Aunque el dispensacionalismo tuviera razón al afirmar que algún día el territorio palestino se les devolverá a los judíos, todavía tendríamos que decir que primero tienen que convertirse a Cristo!
En la página 68, Falwell dice que hay una cosa en el moderno Israel que le preocupa. Y es que los cristianos no tienen libertad para predicar el evangelio. En otras palabras, ¡Falwell es consciente de que los cristianos están siendo perseguidos en Israel hoy en día, pero todavía apoya a Israel! Si esto no es una traición a la fe, ¿entonces qué es?
Finalmente, en la página 145, Falwell es interrogado sobre el aborto, pues los judíos modernos abogan por el aborto. Simon le pregunta si la pena de muerte debería o no debería ser aplicada contra una mujer que ha tenido un aborto, y contra su médico. Falwell contesta que nunca había pensado en esto antes, y que él cree que cualquier acción contra la mujer estaría equivocada.
Bien, aquí lo vemos. Simon sabe cuáles son realmente los puntos en disputa, pero el Rev. Falwell está tan confundido, perplejo, y ciego, que no puede verlos. ¡Obviamente, si el aborto es asesinato, entonces tenemos que abogar por la pena de muerte para él! Por supuesto, Falwell suena aquí como la mayoría del resto de los del moderno movimiento anti-aborto: Ni siquiera han pensado en algunos de los puntos de disputa más básicos y elementales. "El aborto es asesinato", exclaman. "Restablézcase la pena de muerte por asesinato", dice la mayoría moral (el grupo político de Falwell). Cualquiera con un cuociente de inteligencia de más de 25 puede calcular las implicaciones de estas dos afirmaciones, pero aparentemente Falwell nunca pensó en esto antes. ¡Vivimos en tiempos tristes, cuando un novato así es el portavoz de la nueva derecha cristiana!
El sionismo cristiano es una blasfemia. Una herejía. A los cristianos no les va absolutamente nada teológicamente en el moderno estado de Israel. Israel es una nación anti-Dios y anti-Cristo. Hasta que se arrepienta y diga "bendito el que viene en el nombre del Señor", continuará estando bajo la ira de Dios. El moderno estado de Israel permite la persecución de cristianos y de misioneros cristianos. Debemos orar para que Dios cambie los corazones de los judíos, como los de todos los otros paganos, para que reciban a Cristo. Pero sostener a los enemigos del evangelio no es el distintivo de un ministro del evangelio, sino de un anticristo.
He sido bastante duro con Jerry. Alguien tiene que serlo. Esta clase de cosas es inexcusable, y hay que arrepentirse de ella. Hace un par de años, escribí un ensayo defendiendo a Falwell de un crítico bastante liberal. 7 Lo que he dicho aquí no cambia lo que escribí entonces, porque el crítico de Falwell estaba errado; pero, desde entonces, ciertamente he adoptado una posición más sombría sobre Falwell. Su trompeta está dando un sonido incierto. Tiene que limpiarla.
El Judaísmo Mesiánico
En años recientes, gran número de jóvenes judíos se han vuelto a Cristo Jesús como su Señor y Salvador. Muchos de estos jóvenes han formado "sinagogas mesiánicas", y han articulado aquí y allá varias teologías de "judaísmo mesiánico". Para muchos, el judaísmo mesiánico es simplemente una manera de preservar algunas tradiciones culturales judías al mismo tiempo que se convierten en cristianos, y no hay nada de malo en esto. Es correcto que cristianos de varias tribus y lenguas den expresión a su fe en varias formas culturales.
Desafortunadamente, según algunos, el judaísmo mesiánico es visto como una alternativa del cristianismo histórico. Esto se debe a la influencia del pop-dispismo. Después de todo, si el milenio está a la vuelta de la esquina, y la cultura judía será imperialmente triunfante durante el milenio, entonces, aún hoy día, las prácticas judías anticipan esa superioridad. En realidad, algunos judíos mesiánicos aparentemente creen que pueden reclamar ilimitado apoyo financiero de los cristianos gentiles, a causa de su preeminencia. 8
Gran parte de lo que he escrito en relación con el sionismo cristiano se aplica a este grupo de judíos mesiánicos. Sin embargo, me gustaría llamar la atención a otra faceta del asunto. Estos judíos mesiánicos creen, erróneamente, que el cristianismo gentil (la iglesia histórica) se apartó de las formas bíblicas en los primeros días de la iglesia. Consideran su misión restaurar estas costumbres, que ellos creen que han preservado.
De hecho, esto es completamente falso. Cualquiera que haya visto una presentación de "Cristo en la Pascua" queda asombrado del número de ritos no bíblicos que se discuten y se exhiben (el uso de huevos, el pan partido en tres trozos y oculto en una tela, etc.) Estas costumbres surgieron después del nacimiento de la iglesia, y no conservan en absoluto el ritual del Antiguo Testamento. Además, tratar de superponer una interpretación cristiana sobre los varios rasgos de estos rituales es de lo más desorientador y artificial. Ingeniosas como son estas presentaciones, son flagrantemente descaminadoras.
Como una cuestión de hecho, las principales características del culto del templo y la sinagoga fueron introducidas directamente en la iglesia, al consentir ella a los nuevos enemigos de Dios: los judíos apóstatas. El período de este consentimiento fue entre el año 30 d. C. y el año 70 d. C. Una vez que la iglesia hubo completado la integración de los despojos del Antiguo Pacto a su cuerpo nuevo y transfigurado, Dios destruyó completamente lo que quedaba del Antiguo Pacto. Los modernos rituales judíos y la moderna música deben mucho más a la herencia racial/cultural de los pueblos de Europa oriental que al Antiguo Pacto. 9
Por esta razón, aunque no hay nada malo con que los judíos convertidos mantengan una continuidad cultural con su pasado, no hay fundamento para suponer que los judíos post-cristianos han preservado las formas musicales y litúrgicas de la Biblia. Esas formas fueron preservadas en la iglesia, y sólo en ella. Los judíos que deseen recuperar su herencia harían bien en estudiar la iglesia primitiva, no las tradiciones de las culturas europeas orientales.
"Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado. Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios". Deuteronomio 8:6-20.
"Porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio". Romanos 2:11-16.
Notas:
Reimpreso de la obra de James B. Jordan, The Sociology of the Church (Tyler, TX: Geneva Ministries, 1986).
1. Sobre el aspecto anterior, véase de Ronald Sanders, The High Walls of Jerusalem: A History of the Balfour Declaration and the Birth of the British Mandate for Palestine (New York: Holt, Rinehart, & Winston, 1984).
2. Lilienthal es el autor de varios libros sobre este tema. Su obra máxima es The Zionist Connection (New York: Dodd, Mead, & Co., 1978).
3. Sobre los khazars, véase de Arthur Koestlee, The Thirteenth Tribe (New York: Random House, 1976).
4. El británico-israelismo asegura que los del pueblo anglosajón son los verdaderos judíos, y por tanto, heredan las promesas del pacto por medio de la raza solamente. Esta idea extraña y estúpida es promovida por el culto de Armstrong, pero también aparece en círculos cristianos de la derecha. Para un minucioso análisis y una refutación de este punto de vista, véase, de Louis F. DeBoer, The New Phariseeism (Columbus, N. J.; The American Predsbyterian Press, 1978).
5. Middle Village, NY: Jonathan David Publishers, Inc., 1984.
6. Sobre la protección de los judíos por parte de la iglesia, véase de Harold J. Berman (siendo él mismo judío), Law and Revolution: The Formation of the Western Legal Tradition (Cambridge: Harvard U. Press, 1983), pp. 90, 222.
7. Véase mi ensayo, "The Moral Majority: An Anabaptist Critique", en el libro de James B. Jordan, ed. The Failure of the American Baptist Culture, Christianity and Civilization No. 1 (Tyler, TX: Geneva Ministries, 1982).
8. Véase de Gary North, "Some Problems with 'Messianic Judaism,'", en Biblical Economics Today 7:3 (Apr./May, 1984).
9. Louis Bouyer ha mostrado con considerable detalle que la oración eucarística de la iglesia primitiva era una modificación de las oraciones de la sinagoga y del templo. Véase de Bouyer, Eucharist (Notre Dame: U. of Notre Dame Press, 1968). De manera similar, Eric Werner ha mostrado que el canto llano de la iglesia cristiana preserva el estilo de música conocida entre los judíos del período del Antiguo Testamento. Véase de Werner, The Sacred Bridge (Columbia U. Press, 1959; la edición en rústica por Shocken sólo reproduce la primera mitad de este importante estudio).
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